21° BAFICI: Entrevista a Julien Elie, director de “Soleils Noirs”
Ayer se realizó la primera función de “Soleils Noirs” (“Soles Negros”), el documental del canadiense Julien Elie sobre las innumerables desapariciones y muertes de mujeres, estudiantes, periodistas, etc. en distintos puntos de México.
En Cinéfilo Serial tuvimos la posibilidad de entrevistar al director para conocer más acerca de su interés en dicha temática, su exhaustiva investigación y si tuvo algún tipo de represalia por enfrentarse a las autoridades mexicanas al difundir los testimonios de las víctimas.
– ¿Cómo surgió “Soles Negros”? ¿Cómo te interesaste en la temática de la desaparición de personas en México, sobre todo siendo extranjero? ¿Qué es lo que veías en esta sociedad que te llamaba la atención?
– Hace 20 años leí un artículo sobre los primeros casos de femicidios en Ciudad Juárez. Como a muchas personas, me shockeó y me sorprendió. Pensé en hacer una película sobre eso, pero en esos años no sabía mucho sobre México, así que dejé de lado la idea durante muchos años. Durante los últimos 10 años he estado visitando México muchas veces, para proyectos de películas y para hacer fotografías. El país me inspiró mucho y me hice amigo de muchas personas en todo el territorio, considerando ahora a México casi como mi segundo hogar. Hace 5 años leí el libro de Sergio González Rodríguez, “Huesos en el desierto”, mientras volaba por México. Me dije a mí mismo que debía encontrarme con el autor del libro, me impresionó tanto su narración y la forma en que cuenta los hechos. Sergio no era solo uno de los mejores periodistas del país, sino también un gran escritor. Quería hacer una película en esa misma dirección, una mezcla de investigación fuerte con cuestiones estéticas. Me reuní con Sergio, quien me ayudó y me convenció de que mi proyecto debía realizarse. Entonces comencé a investigar la situación y también decidí abrir el tema, no solo a los delitos contra las mujeres sino también a todo tipo de delitos (igual para mí era importante mantener el femicidio en el corazón de la película, ya que las mujeres son las primeras inocentes víctimas del drama)
– ¿Cómo hiciste para conseguir tantos testimonios que quisieran exponerse frente a la cámara? ¿Hubo algún tipo de trabajo previo para que tomen confianza con vos?
– Fue un proceso largo, casi 3 años de investigación. Fui a encontrarme con todas las personas durante esos años para convencerlos de hablar. De hecho, no fue tan difícil, todos o, casi todos, acordaron hablar. Pero necesitaba mucho tiempo para que puedan confiar en mí. Puedo decir que les debo todo a aquellas personas que ahora se convirtieron en amigos. Lo más difícil es que por razones personales (mi vida anduvo mal durante algunos años), no hice películas durante más de 15 años. Fue difícil ganarme la confianza de la institución para ayudarme y recuperar mi propia confianza en mí mismo. Estar tan lejos del cine era lo más difícil, pero sabía que hacer cine era lo único que quería hacer en mi vida. Ahora lo prometo, ¡mi próximo film no será en 15 años!
– Además de hablar con distintos familiares de víctimas y profesionales (abogados, periodistas), ¿realizaste otro tipo de investigación?
– Leí casi todo lo que publicaron los periodistas en México en los últimos años. Siempre digo que les debo todo a los periodistas mexicanos. Muchos de ellos también me ayudaron mucho a encontrar la historia y a los testimonios. Los libros fueron mi primera influencia, y también las películas de ficción (creo que estoy más influenciado por las películas de ficción que por los documentales). Mucha gente me dice que la película tiene cierta semejanza con el libro de Bolano “2066”. Y es verdad, es probablemente el único libro que leí dos veces en mi vida y amo todo su trabajo. Pero como Bolano, mi primera influencia fue Sergio González Rodríguez. “2066” es casi una readaptación de “Huesos en el desierto”, y ambos eran amigos íntimos.
– ¿Cómo fue el rodaje, yendo de un estado mexicano a otro?
– Por supuesto que no fue tarea fácil. El peligro estaba en todas partes, pero al final no pasó nada. ¡El único problema que enfrentamos en 4 meses fue un trípode roto! Preparamos cuidadosamente cada movimiento en el país, nuevamente con la ayuda de periodistas y familias. Esas personas son las más informadas. También era importante no rodar con las personas armadas que nos rodeaban. Para algunas situaciones específicas, no tuvimos más remedio que pedir ayuda a las autoridades. Pero fue algo que preferí no hacer, por razones obvias. Nadie puede hacer buenas entrevistas con los policías en el lugar. Especialmente en México… También tuvimos un maravilloso equipo de personas experimentadas y ahora todos somos amigos íntimos. A pesar del peligro, la pasamos muy bien, para mí trabajar con amigos es una prioridad.
– ¿Cuánto tiempo te llevó?
– En total casi 4 meses.
– ¿Quedó mucho material afuera que no usaste?
– ¡Mucho! Y, desafortunadamente, algunas de las mejores entrevistas que hemos hecho no están en la película. Editar una película es casi una tortura para mí… En algún punto, las mejores cosas deben ser eliminadas por la lógica de edición y las cuestiones narrativas. Entrevistamos a más de 40 personas y filmamos más de 120 horas de película.
– ¿Cómo fue la recepción del público en los distintos festivales que se presentó?
– ¡Genial! Recibir el premio público en FICUNAM fue un momento increíble. En CPH DOX también, el público estaba muy preocupado (también ganamos el premio FACT el viernes pasado). Estaba muy ansioso por la reacción en México, porque era una trampa, peligroso por hacer una película sobre tantos casos, pero me aferré a mi idea porque estaba seguro de que era lo único que debía hacer, y todavía lo pienso. Nunca se hizo antes. Pero, sí, estaba bastante nervioso por la reacción en México. Por ahora, todo está por encima de mis expectativas. En Xalapa, capital del estado de Veracruz, presentamos la película ante 1200 espectadores. Recordaré este momento para siempre. Hasta ahora, la prensa tuvo buenas opiniones sobre la película y, a veces, vivimos momentos muy fuertes con el público. Muchas veces algunas personas vienen a mí después de la proyección y sin decir una palabra comienzan a llorar en mis brazos. La mayoría de las veces son personas muy jóvenes, casi niños, que probablemente se sintieron traumatizadas por los eventos que suceden en su familia. Sucedió de nuevo ayer por la noche en El Paso Texas con un joven de 25 años. Estaba completamente sorprendido y lloró en mis brazos durante largos minutos… Todo esto es muy difícil de tratar, pero también es muy conmovedor, por supuesto.
– ¿Tuviste alguna consecuencia negativa por parte de autoridades mexicanas? ¿Ya se lo pudo ver allá?
– Por ahora no. Bueno, no voy a entrar en detalles, pero algunas personas involucradas en la película han recibido amenazas recientemente. Se les advirtió que no participaran en eventos vinculados a la película…
– Tu filmografía está teñida por problemáticas sociales basadas en tu propia experiencia, como “The One Who Knew Too Much” que se centra sobre los crímenes políticos en Ruanda o “The Last Meal”, que habla sobre la pena de muerte en Estados Unidos, sumado a este documental sobre las desapariciones en México ¿a qué se debe tu interés en este tipo de temas?
– Sí, por ahora siempre se basan en mi propia experiencia. No sé por qué… La cosa es que, no quiero ser pretencioso, pero los temas me eligen a mí más que lo contrario. Es como si conociera personas o experimentara eventos y después siento que no tengo más remedio que transformar eso en una película. Una cosa segura es que no busco temas, sino que me rodean.
– ¿Estás realizando ya otra película? ¿Cuál sería el próximo tema de interés?
– Comencé a escribir el siguiente film en México. Solo puedo decir que por ahora será sobre el territorio y las tierras. Tengo muchas ideas de guiones para películas de ficción también. Espero poder hacer uno pronto.
Samantha Schuster