33° MDQ Film Fest: Conferencia de Prensa de “El hijo del cazador”

Durante el Festival de Cine de Mar del Plata se proyectó en el marco de la Competencia Argentina “El hijo del cazador”, un documental que se centra en la figura de Luis Alberto Quijano hijo, cuyo padre fue un gendarme durante la última dictadura militar, acusado de 416 delitos, entre ellos la privación de la libertad, homicidios, tormentos y hasta la sustracción de un menor.

Luego de la proyección se hicieron presentes en la sala sus directores Germán Scelso y Federico Robles, quienes respondieron las preguntas de los asistentes y escucharon atentamente las reflexiones que un polémico documental como este despierta en el público.

El principal eje de la conferencia de prensa fue el tratamiento que se le da al protagonista, un hombre que genera diversas sensaciones a lo largo del film. Por un lado, es una víctima de las enseñanzas de su padre, quien lo hizo trabajar desde pequeño destruyendo los documentos de los desaparecidos y sus familias. Es un denunciante de aquellos hechos, amante de los animales, un hombre solitario, a pesar de tener una mujer e hijos. Pero también es alguien determinado por su formación militar, con ideologías fuertes y marcadas que provocarán distintas reacciones en el público.

Es así como los directores comentaron que siguieron la causa del juicio a La Perla, uno de los lugares clandestinos de detención en Córdoba, durante cinco o seis años. Allí Luis Alberto Quijano hijo fue a dar testimonio y lo contactaron para conocer más acerca de su postura. “No lo conocíamos, no teníamos referencias de él. Necesitábamos contrastar la información que nos contaba, por eso fue un trabajo lento”, explicaron.

Luego tuvieron que hacer un gran trabajo para ganarse la confianza del protagonista, para que no se sintiera juzgado y para que hablara tranquilo sin censura. Al ser un personaje complicado dieron pequeños pasos.

Los directores no querían presentarlo como algo blanco o algo negro, porque si lo mostraban como el “enemigo”, el público ya sabe lo que tiene que pensar o sentir. Querían transmitir sentimientos contradictorios en la audiencia para que se lo vea como una persona, con sus virtudes y falencias, para que la gente pueda reflexionar sobre este personaje con una vida compleja. Del mismo modo, apelaban a que Luis mirara al espectador a los ojos, no a ellos como realizadores, como sucede en la mayoría de las entrevistas, para involucrarnos como sociedad.

Cuando se les preguntó si Luis ya vio la película, los realizadores contestaron que sí, que a él le gustó porque pudo hablar sobre todo lo que quería, analizando únicamente su discurso. “No sé qué pasará cuando la cinta se estrene en Córdoba y él venga a verla junto con el público”, agregaron.

 

Samantha Schuster

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