Crítica de «El Hoyo» de Galder Gaztelu-Urrutia (2019)

Las películas de encierro ya se volvieron un subgénero en sí mismo, las cuales presentan a un grupo de personas que no puede salir de un lugar y debe poner a prueba ciertas habilidades y cualidades para poder escapar. La lucha por sobrevivir muchas veces saca a relucir lo peor y lo mejor del ser humano, permitiendo que estos films se vuelvan grandes críticas sociales.

En este contexto podemos situar a «El Hoyo», film español que ganó como Mejor Película en el Festival de Sitges, siendo el primero de dicho país en hacerlo. Luego de su paso por festivales y de su estreno en cines, la cinta llegó a la plataforma de Netflix para deleitar a los amantes del género y espantar a aquellas personas impresionables.

«El Hoyo» se centra en Goreng, un hombre que despierta en el lugar del título. La particularidad de este sitio es que en cada piso están confinadas dos personas y solo pueden alimentarse a través de una plataforma que va bajando. Los que están en los niveles superiores pueden empacharse con un banquete mientras que los demás deben conformarse con las sobras y algunos ni siquiera eso. El protagonista intentará sobrevivir el tiempo acordado pero además tratará de cambiar las reglas de aquel lugar.

Como decíamos al principio, la película no es para todos los gustos. En muchos pasajes nos encontramos con imágenes fuertes y escatológicas, que en este tipo de films pueden ser recurrentes, porque estamos hablando de la mera supervivencia. El ser humano hará todo lo posible por continuar, aunque eso signifique poner en peligro al otro. Es así como se abordan temas como las miserias humanas, el egoísmo, la lucha de clases, la falta de sentido común, las necesidades básicas, la locura, el confinamiento, la solidaridad y el ponerse en el lugar del otro. La película en su conjunto es una crítica a la sociedad: mientras que los que tienen recursos no se molestan en derrocharlos, existen otras personas que deben vivir sin estos. Y, al igual que en el hoyo, esta suerte puede cambiar según donde uno se encuentre. Más allá de las escenas impactantes, la cinta nos deja un mensaje interesante que nos hará reflexionar sobre todas estas cuestiones.

Para los que puedan pasar la barrera de la impresión, el director nos ofrece un thriller intenso, cuyo clima no decae en ningún momento. Gracias a una banda sonora que acompaña cada situación, durante la mayor parte de la historia predomina la tensión y el suspenso. La fotografía termina de crear este ambiente propicio, donde se priorizan los colores oscuros que contrastan con las luces rojas que rigen la vida de los personajes.

Goreng está interpretado por Iván Massagué, quien realiza un muy buen trabajo a la hora de ponerse en la piel de este hombre que no tiene el perfil de sobreviviente pero que hará lo posible para salir vivo de allí, como también para cambiar las reglas del juego. El asilamiento, el hambre y la influencia de otros personajes provocarán una transformación en él, pero tratará de mantener intacta su esencia. El resto del elenco lo acompaña de buena manera, mostrándonos distintas formas de reaccionar frente a una situación de encierro. Hay quienes intentan preservarse y otros que harán lo necesario para sobrevivir, aunque eso signifique perder su integridad y condición humana.

En síntesis, «El Hoyo» no es una película para cualquiera. Tiene algunos instantes no aptos para la gente impresionable porque muestra hasta los instintos más bajos del ser humano. Sin embargo, si se logra traspasar eso o si se es amante de este género, la película nos proporcionará un interesante análisis y crítica social sobre el hombre y su comportamiento en tiempos de desesperación y supervivencia. Un thriller de ciencia ficción (pero no tan alejado de la realidad) que genera un gran clima, que nos atrapa y mantiene atentos hasta el final.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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