Crítica de «Paterson» de Jim Jarmusch (2016)

Llega el último film del realizador de cine independiente más importante de Estados Unidos. Jim Jarmusch nos presenta «Paterson», una oda a la vida rutinaria y ordinaria.

Jarmusch es de aquellos directores cuyas películas dan que hablar. Quizás en algunas ocasiones sus films se hacen esperar (su film anterior fue del 2013), pero ciertamente vale la pena ser testigos del resultado. En esta oportunidad, el director nos propone una historia sencilla, pero narrada con su estilo característico y con una sensibilidad fantástica.

La cinta cuenta la vida cotidiana de un conductor de colectivo (Adam Driver), quien en sus ratos libres se dedica a escribir poesía, ir al bar local donde habla con el cantinero, pasear al perro de su mujer (Golshifteh Farahani) y ayudar a esta última con sus emprendimientos e inquietudes artísticas.

Antes de iniciar su ruta de trabajo, Paterson decide recitar sus más recientes composiciones poéticas y anotarlas en un cuaderno personal. Su inspiración es el resultado de las cosas más simples y mundanas que rodean su existencia, compone un poema mientras desayuna mirando una caja de fósforos. Su vida se desarrolla sin grandes complicaciones y cada día se levanta para comenzar su viaje (tanto literal como metafórico) en colectivo donde es testigo de conversaciones ajenas que le servirán para ver las relaciones humanas y el día a día que viven los ciudadanos de Paterson, Nueva Jersey. Sí, nuestro protagonista se llama Paterson y habita una ciudad homónima. Algunas personas son víctimas de la rutina, Paterson no. Él disfruta de la semana y espera pacientemente la hora de salida de su trabajo para poder escribir, ir al bar a tomar una cerveza y pasar tiempo con su mujer que es todo lo contrario a él, ya que todos los días realiza una actividad distinta y no posee un trabajo fijo. Los fines de semana vende muffins en una feria, en la semana pinta y decora la casa, aprende a tocar la guitarra, etc.

Quizás sus aspiraciones artísticas se deben a su admirado poeta local William Carlos Williams, autor cuyo compilado de poemas llevaron el mismo nombre de la ciudad. Paterson es empujado por Laura a afianzar ese rol de escritor por medio de una posible publicación de sus poemas. Sin embargo, las dudas del personaje principal más algunas eventualidades pueden llegar a dificultar el logro de convertirse en un artista consolidado. Tal vez, su apego a la escritura pasa por otro lado.

La película, al igual que los escritos del protagonista, se desarrolla de una manera elegante y poética. Su estructura narrativa es simple, pero esa misma simpleza esconde una gran complejidad. Una complejidad que tiene que ver con los estados de ánimo, las aspiraciones, y el nunca dejar las pasiones que nos hacen quienes verdaderamente somos.

Desde los aspectos técnicos, el montaje compone esta poesía que se divide en los siete días de la semana y que marca el ritmo del relato que se nos propone. Los fundidos a negro y los fundidos cruzados servirán para mostrarnos el transcurso del tiempo y la cadencia de los eventos que rodean y transforman a los personajes. El relato es acompañado por una sutil y minimalista banda sonora que transmite ese sentimiento de melancolía y nostalgia que rodea a la ciudad de una manera efectiva.

Resumiendo, «Paterson» compone un peculiar relato que se distancia mucho de lo establecido. Es un canto al lado luminoso de la rutina y a la celebración de la vida cotidiana. Jarmusch logra dotar de belleza a los tiempos muertos, las repeticiones y la reincidencia de diversas situaciones que componen este microcosmos urbano en el cual viven sus queridos personajes.

Puntaje:

Tráiler:

 

Martín Goniondzki

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