“La Maldición de Hill House”, una mezcla perfecta entre terror y drama familiar

Mike Flanagan, director muy reconocido por sus películas de terror como “Oculus” (2006, 2013), “Absentia” (2011), “Hush” (2016) y “Ouija” (2016), cambia la pantalla grande por la pequeña para entregarnos, probablemente, una de las mejores series de este año.

“La Maldición de Hill House”, basada en la novela homónima de Shirley Jackson de 1959, se estrenó por Netflix el 12 de octubre con 10 capítulos de alrededor de una hora. La misma cuenta la historia de la familia Craig, compuesta por un matrimonio y sus cinco hijos (dos de ellos mellizos), que se mudan a la casa de los Hill durante un período corto de tiempo para refaccionarla, venderla y ganar mucho dinero. Pero la casa es bastante especial y cada miembro de la familia experimentará distintos encuentros con seres del más allá.

No solo nos encontramos frente a una serie de terror muy efectiva, sino que también nos propone un drama familiar muy logrado.

En cuanto al terror, tenemos varios momentos de jumpscares sorprendentes no esperados. Otros tantos los vemos venir por una cuestión de la música (que se acelera o genera sonidos más fuertes e intensos) o gestos de los personajes que nos adelantan que algo está por suceder. Pero, si bien nos prepara para este impacto, cuando pasa funciona de una manera efectiva. Y no solo conmociona en el instante de visualización, sino que esa sensación queda resonando en el espectador.

Los aspectos técnicos son impecables. Como ya dijimos, la música nos genera una tensión constante y los sonidos fuertes y estridentes provocan sobresaltos en el público. También se destaca la ambientación lúgubre de la casa, la fotografía oscura y los efectos especiales (principalmente los sobrenaturales) muy bien logrados. Tenemos algunos planos y algunas secuencias impresionantes, que tal vez pasan un poco desapercibidas porque estamos inmersos en la historia y preparados para asustarnos.

Pero tal vez lo que más sobresale dentro de la historia es el drama familiar. Existen muchas películas sobre casas embrujadas, donde vemos cómo poco a poco la mansión se va tomando uno a uno, pero en este caso tenemos una trama mucho más compleja y trabajada, no una simple excusa para asustar al espectador. Vemos el impacto y las secuelas que dejó la morada en la familia, en sus personalidades, en sus relaciones, cómo marcó a fuego sus profesiones y cómo años después de haber pasado por esa vivienda, por experiencias sobrenaturales y eventos trágicos sigue teniendo un peso muy fuerte en sus vidas adultas.

Asimismo, juegan con el recurso de ir revelando la información poco a poco a través de dos líneas temporales. El pasado (la estadía en Hill House) y el presente ya como adultos. Está muy bien amalgamado este vaivén temporal, donde se relacionan situaciones o temáticas similares para mostrar algún suceso del pasado conectado con el presente. Además, cada capítulo tiene un protagonista. Los primeros cinco están dedicados uno a cada hijo, dándonos a conocer más sobre su vida, punto de vista y experiencias.

En cuanto a las temáticas, también se profundiza bastante en la locura y otras enfermedades mentales, donde todo el tiempo se pone en duda la diferencia entre lo real y lo imaginario, llevando a que el mismo espectador no pueda saber concretamente qué está sucediendo.

Hay que destacar también el gran reparto que se encuentra delante de cámara. Tanto los actores pequeños como los adultos hacen una gran labor dentro del género dramático y en el de terror/sobrenatural. Saben llevar muy bien adelante sus personajes para captar los miedos, la locura, la irracionalidad, el escepticismo, etc. Entre los nombres reconocidos tenemos a Carla Gugino (quien había trabajado previamente con el director en “Gerald’s Game”), Michiel Huisman (“Game of Thrones”, “Orphan Black”) y Henry Thomas (a quien vimos como Elliott en “ET”). Pero también las caras menos conocidas tienen un gran impacto dentro de la historia.

No es fácil realizar una serie de terror que mantenga su suspenso, su tensión, sus sustos a lo largo de una temporada, pero mucho menos teniendo una historia fuerte e interesante que la sustente. “La Maldición de Hill House” es mucho más profunda que unos simples sobresaltos. Habla de la locura, de lo que es real o ficticio, de la repercusión que tienen los eventos de la infancia en la vida adulta, de las complejas relaciones. Una producción impecable a nivel técnico que atrapará a los amantes del género y a aquellos que quieren incursionar en él.

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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