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¿Qué nos dejó la segunda temporada de «Santa Clarita Diet»?

Netflix estrenó la segunda temporada de «Santa Clarita Diet», la serie en clave de comedia negra que protagonizan Drew Barrymore y Timothy Olyphant.

La semana pasada fuimos testigos del regreso de Joel y Sheila Hammond, los agentes inmobiliarios cuyas vidas dan un giro de 180º el día que Sheila se transforma en una “no muerta” con apetito de carne humana.

La serie creada por Victor Fresco (“Saves the World” y “Better Off Ted”) vuelve a las andanzas cerrando algunos de los interrogantes de la temporada anterior y abriendo el panorama hacia una serie de nuevos enredos. En esta oportunidad, los Hammond descubrirán que hay otros “no muertos” y tratarán de profundizar en la investigación sobre el inicio de todo este embrollo. Para ello, veremos a los protagonistas incursionar más en la lectura del libro serbio que parece conocer las raíces de esta extraña patología.

La sitcom logra una equilibrada mixtura entre las situaciones con los vecinos que veíamos en «Desperate Housewives», la cuestión de asesinatos seriales “justificados” por la maldad de las victimas típicos de «Dexter», y la necesidad de mantenerse viva de la protagonista como en «iZombie».

El punto clave de esta comedia absurda es la lograda química de la dupla protagónica que vuelve a elevar la vara mediante su buena relación en pantalla. Barrymore como Olyphant muestran sus talentos naturales tanto para el drama como para los momentos cómicos y bizarros. Caso parecido es el de Liv Hewson (Abby Hammond la hija del matrimonio) y Skyler Gisondo (Eric el vecino que se siente atraído por Abby) que también consiguen una sintonía perfecta a la hora de hacernos reír.

Esta segunda temporada nos traerá a personajes conocidos y a algunos nuevos que tendrán roles principales en la vida alimenticia de la protagonista o como suerte de fuerzas antagónicas que se interpondrán en el camino de los Hammond. Nuevamente, tendremos esa alegoría/parábola sobre el “sueño americano” y la crítica social hacia la clase media norteamericana cuyo estilo de vida y ansiedad competitiva entran en concordancia con esas metas superficiales y vacías donde el objetivo es aparentar frente al otro (el vecino) y a su opinión. Además, queda bien en claro que ante una fachada figuradamente amigable pueden pasar cosas oscuras que el resto desconoce, algo que plasmó muy bien David Lynch en «Blue Velvet», y que si bien aquí está extremadamente satirizado y exagerado también logra su cometido.

La segunda temporada de «Santa Clarita Diet» nos ofrece más (y mejor) de lo que vimos en la primera entrega. Si te gustan las comedias negras, irreverentes y zafadas con tintes sobrenaturales, la vas a disfrutar, si ese no es el caso, mejor abstenerse.

Tráiler:

 

Martín Goniondzki

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