21° BAFICI: «Swing Kids» de Kang Hyeong-cheol (2018)

La cinematografía coreana es tan ecléctica como variada y distinguida. Uno puede esperar producciones de todo tipo con gran desempeño técnico e ideas innovadoras y frescas. Lo que nunca se le hubiese pasado por la cabeza a ninguno es un drama bélico musical situado en un campo de prisioneros durante la Guerra de Corea. Si bien el resultado transita por ciertos momentos sinuosos, se presenta como una mixtura de géneros e ideas que de alguna manera se mantiene y entretiene al espectador a lo largo de sus 133 minutos de duración (igualmente se la siente un poco larga en ciertos pasajes de la historia).

El largometraje cuenta la historia de un soldado comunista, Roh Gi-soo (Kyung-soo Do),  con vocación de bailarín, el cual es capturado y convertido en prisionero en un campo durante la Guerra de Corea. Ahí intentará seguir con su misión de combatir al enemigo, el problema es que se cruza con Jackson (Jared Grimes), un soldado norteamericano con pasado de artista de tap en Broadway, el cual es alentado por su superior para armar un grupo de baile con el objetivo de mostrar al mundo que los comunistas terminan adoptando las costumbres occidentales y capitalistas. Ambos entablarán un vínculo accidental que los llevará a encontrar su vocación en el lugar menos pensado. El relato pasa de la tragedia a la comedia de un momento al otro y de las secuencias de baile a las de violencia sin escalas. El autor busca plasmar la crudeza de la guerra y como no hay ganadores ni en un bando ni en el otro, los verdaderos perdedores son los hombres y mujeres que dan la vida por cuestiones políticas y económicas más grandes y que escapan a su entendimiento. Por otro lado, el arte como respuesta a las ideologías y a la violencia generalizada también forma parte de lo que propone el film.

El principal problema de la cinta es la dirección que parece tomar la narración desde la mitad para atrás, queriendo mezclar muchos aspectos oscuros con algunos más livianos, haciendo que quede una mezcla rara, delirante y por momentos excesiva. A su vez, algunas subtramas quedan sin desarrollarse y prolongando la obra sin ningún efecto contribuyente al relato. Igualmente, el excelente elenco y una maravillosa puesta de cámara hacen que la película sea una experiencia audiovisual realmente disfrutable. Asimismo, desde lo sonoro tendremos varios elementos atractivos como los diversos segmentos de swing y tap, al mismo tiempo que algunas cuestiones más modernas y anacrónicas como la inclusión de “Modern Love” de David Bowie (lanzado en 1983 siendo la película situada en los años ’50).

El montaje también resulta ser otro de los elementos estilísticos destacados del largometraje que elevan la propuesta de esta peculiar historia basada en el musical coreano «Rho Ki-Soo», escrita por Jang Woo-Sung y dirigida por Kim Tae Hyung.

«Swing Kids» es de esas películas exóticas y maravillosas que solo un festival como el BAFICI es capaz de ofrecer y pese a sus fallas/desatinos conviene igualmente descubrir. Una asombrosa experiencia audiovisual sin precedentes como solo Corea puede ofrecer.

«Swing Kids» se puede ver el sábado 13 a las 19.45 hs en el Multiplex Belgrano.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Martín Goniondzki

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