FESTIVALES

40° MDQ Film Fest: «Ungrateful beings» de Olmo Omerzu (2025)

Un padre, David, lleva a sus dos hijos de vacaciones al mar Adriático con la esperanza de recomponer la relación con ellos, tras separarse de su mujer. Su hija de 17 años, Klára, lucha contra un trastorno alimenticio y parece no tener ganas de estar ahí con su hermano y su padre. No obstante, todo cambia cuando se enamora de un chico local, Denis. Este sujeto, un poco más grande que ella, es acusado de asesinato, y David se apresura para alejar a Klára y a su hijo de los problemas. Sin embargo, el estado de salud de Klára se agrava y David no sabe qué hacer para que ella mejore, es por ello que junto a su ex mujer deciden tomar una medida un tanto desesperada para ver si pueden resolver la situación.

El director checo Olmo Omerzu, dirige este áspero drama familiar sobre los vínculos entre un matrimonio separado y sus hijos adolescentes. Por medio de una puesta en escena sobria y unas secuencias que van creciendo en intensidad (quizás demasiado, algunos eventos pueden resultar algo extremos o rozando lo inverosímil llegando a pasar del drama al thriller sin escalas), manteniendo la tensión y el interés del espectador de principio a fin. Si bien la película no inventa nada nuevo en la amplia oferta de dramas familiares, logra capturar la atención del público gracias a unos personajes bastante imperfectos y poco empáticos que bien le rinden culto al título del relato.

El director esloveno toma ciertas decisiones narrativas que suenan un tanto arbitrarias para generar un espacio propicio donde los intérpretes interactúan de manera exacerbada/extraordinaria.

Con aciertos y fallas «Ungrateful beings» se las arregla para brindar un capítulo atractivo en el amplio catálogo de las películas de familias disfuncionales. Quizás tampoco le juega a favor la frontera idiomática con personajes hablando en checo y otros en inglés, haciendo que algunos intercambios sean algo torpes, no obstante, Omerzu parece saber exactamente lo que quiere de ellos y establece estos vínculos tóxicos subvirtiendo las expectativas y las convenciones de los dramas familiares, aún cuando el verosímil peligra todo el tiempo.

Puntaje:

 
 
 

Martín Goniondzki

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