Conferencia virtual de «Ecos de un crimen»

Este 27 de enero se estrenó una nueva película nacional, llamada «Ecos de un crimen», protagonizada por Diego Peretti, Julieta Cardinali, Carla Quevedo, Diego Cremonesi y Carola Reyna y dirigida por Cristian Bernard. Tuvimos la oportunidad de participar junto a otros colegas de la conferencia virtual que brindaron algunos de sus protagonistas, donde se revelaron algunos aspectos de la película y del rodaje.

En principio, se dialogó acerca de la naturaleza del rodaje, donde Cristian Bernard aclaró: «Parecía, cuando yo leí el guion, calculo que le pasó lo mismo a Julieta, a Diego, a Carla, a Diego Cremonesi, esta película es hermosa, pero esto es un quilombo, hablando mal y pronto, porque toda la película es con luz de velas, o gran parte, porque hay un corte de luz, hay un apagón, y después lo que hay es lluvia permanente, hay una tormenta permanente. El gran quilombo también era filmarla en la época del año que la íbamos a filmar, que fue invierno, encima en medio de la pandemia. Hoy hablábamos con Diego, que creemos, sospechamos, que es o la primera película que se filmó en pandemia o una de las pocas películas que se hizo en pandemia. A pesar de todo eso, que era muy complejo y era muy complejo técnicamente porque la lluvia en cine se genera con camiones hidrantes, incluso la casa donde se rodó hubo que prácticamente hacer un set arriba de la casa y pulirla toda con una estructura para poder filmar de día las escenas de noche, poner caños y cañerías, en fin…todo un lío. Pero, el clima que hubo en rodaje, nada de eso, que en otros rodajes podría haber sido tortuoso, arruinó el clima entre nosotros que fue hermoso, de los más hermosos que yo viví en un set».

Con respecto a la misma pregunta, Diego Peretti dijo: «A esto hay que agregarle que la película sucede la mayor parte a la noche más la lluvia, cuando uno leía el guion se daba cuenta que físicamente iba a ser exigente, pero tanto los actores que estuvimos como la producción, el director, hicieron que la película sea igual de entretenida filmarla que el producto final, que me parece excelente y sobre todo que cumple la función que tienen este tipo de películas: que en ningún momento el espectador se pueda entretener con algo que no sea la historia que se está contando, porque no solo es una historia de impacto psicológico, de suspenso, de enigma, sino que también la película va dando una serie de señales cinematográficas que a mí son de las películas que me mantienen despierto porque trato de ver la muñeca del narrador y bueno, en ese sentido me parece que cumplimos con la misión».

Por su parte, Julieta Cardinali comentó: «Coincido con mis compañeros, por lo menos lo que me pasó a mí cuando leí el guion, uno también va preparado a filmar de otra manera porque sabe que lo que le espera físicamente no es lo mismo que cuando contas una historia de diálogos, más cómoda, por decirlo de alguna manera, cuando lees el guion ya sabes que va a haber lluvia, ya sabes que vas a tener frío. Todos nosotros, los actores del elenco, tenemos experiencia y sabemos lo que nos esperaba. Por supuesto que hubo frío, es más incómodo filmar mojado que seco, es más incómodo filmar afuera que adentro, pero, ahí coincido con el final de ellos, porque la verdad que el set fue de un gran lujo para todos nosotros, cómo se filmó, el clima que había, el equipo técnico que siempre es el más sufrido porque son los que más horas están, muchos bajo la lluvia mucho tiempo, así que la verdad es que yo lo que siento es orgullo de estar en esta película».

Acerca de las influencias de la película, el director aclaró: «El principal ADN, y acá coincidimos con Diego, porque amamos el cine, Julieta también, es que somos cinéfilos. Yo me considero un director cinéfilo y para mí el cine es tradición, pero también es reinvención de esa tradición, entonces hubo muchas películas y directores que pulularon en la cabeza a la hora de cranearla y pensarla visualmente. Por supuesto que Kubrick, no me quiero comparar con él, Kubrick, Hitchcock, hoy hablábamos con Diego, De Palma, hasta Carpenter, tiene momentos carpenterianos la película, es decir, siempre estuvieron sobrevolando, e incluso directores y películas que no tienen tanto que ver con el género, pero de los que uno se nutre. Yo me considero un director muy cinéfilo, muy amante del cine, y esta película era como estar para un pibe en una juguetería, tenía todos los condimentos de la cinefilia para utilizarlos».

Diego Peretti habló sobre si su profesión de psiquiatra ayudó con la preparación del personaje: «Esa herramienta me sirve, pero no a nivel técnico, a nivel técnico es la actuación y lo que sé como actor, y el estudio del guion, fundamentalmente, que es un guion bastante intrincado que hay que entenderlo para poder contarlo y que sea claro para quien lo vea. Pero, en realidad, los laberintos de la cabeza, los laberintos de la mente, a veces narrarlos, esto es un logro importantísimo de la película, como en «Psicosis», como en otras películas donde la historia se mete en los vericuetos de una mente enferma y perversa, es muy difícil siempre y aquí se logra, se logra con técnicas cinematográficas. Ser psiquiatra me ayuda en la fe de haber visto personas alteradas en extremo de los nervios y hasta dónde puede llegar una mente que se transforma en irracional, o en inconsciente o en polimorfa, digamos, esa fe de saber que esto ¿es verosímil?, ¿es real?, ¿ocurre?, ¿lo vi?, me ayuda para tomar impulso y mandarme expresivamente, pero a nivel técnico no es que fui a un libro y me fijé una patología específica para poder interpretar a este personaje».

Acerca de lo que las atrapó de la historia a las actrices, primero, Carla Quevedo afirmó: «Todo, tamaña producción, el elenco, que cuando me convocaron a mí ya estaban los nombres ahí, Cristian, que le dije a Cristian desde el día uno que soy muy fan de él, de su cine, a mí me encantaba ya de antes. En mi caso en particular, siempre lo que termina de convencerme es la historia, porque pueden estar los mejores actores, el mejor director, pero si yo leo la historia y es una historia que no me conmueve, que no me interpela, no se me termina de armar, en este caso a mí me gustó mucho.  A tono hiper personal, y ya desde el lado de Carla actriz, para mí era un desafío enorme, nunca había hecho algo de género, nunca había hecho un personaje en este tono y siempre un desafío es bienvenido, me daba terror, Cristian lo sabe, decía: «yo no puedo hacer esto, yo soy muy naturalista», y hubo también un trabajo a nivel humano, más allá del actoral que fue interesante para mí también porque filmamos en contexto de pandemia y porque había que confiar muchísimo en Cristian y en su cámara, porque era totalmente anti natural para mí y el tipo de trabajo que yo estoy acostumbrada a hacer, bancar ciertos momentos, como esa cosas que tiene el género, de esperar a la cámara, fue un desafío enorme y fue lo que más me convocó del proyecto».

Por su parte, Julieta Cardinali afirma: «Cuando leí el libro dije, «yo quiero ser parte de esta película», lo pude leer como espectadora, luego para interpretarlo». Asimismo, que su deseo de volver a trabajar a Diego Peretti, así como también volver a participar en una película de género, ya que ya había hecho una película de terror, también ayudó, y culminó: «más allá de Cristian y el elenco, la historia fue protagonista de la decisión».

En cuanto a la historia y cómo aparecen los actores que interpretan a los personajes, Cristian sostuvo que, Ricardo Freixa le acercó el guion de Gabriel Korenfeld, así como también le propuso a Peretti como protagonista. «No es un género usual, este género, que podíamos decir que es un thriller psicológico pero que tiene elementos de horror, hay muchos actores que no les gusta». Después se fueron sumando Julieta, Carla, Diego Cremonesi. «Todo fue muy natural y muy hermoso».

Acerca del personaje principal, Julián, Diego Peretti contó que «es un personaje que, como todo escritor, es introvertido y de tanta introversión comienza a perderse en su mismo laberinto y creo que tiene que ver con ciertas cosas que se entera durante la narración y la presión laboral de tener que responder a tamaño éxito. Entonces, cuando se dan las condiciones de estar solo y tranquilo, lejos de inspirarse y lejos de tranquilizarse, se comienza a meter más en su propia trampa y de eso va el tema de la película».

Los tres actores presentes en la conferencia, coincidieron en lo innovador que fue trabajar en una película de género, de divertirse también durante el rodaje, como dijo el actor Diego Peretti: «lo que me encanta es desgranar, como si fuera un inspector policial el guion y que no se escape nada del poder narrativo, de lo que queremos narrar, en ese sentido fue muy divertido, y termina de ser divertido cuando veo la película y me doy cuenta que ese guion tan bueno y tan entretenido y tan de género se pudo plasmar en la pantalla manteniendo los parámetros de ese género y agregando cierta cuestión de personalidad».

Julieta Cardinali agregó que se necesita mucha concentración para el rodaje de películas de este género y considera que es una película particular, «se tomaban todo el tiempo decisiones, teníamos que decidir qué íbamos a contar en cada escena, para no adelantarle al espectador, para no adelantarle al personaje nada».

Por su parte, Carla Quevedo, coincidió con estas características y agregó: «más allá de la historia y de lo que no vamos a decir que pasa, cuál es el contexto en el que se narra esta historia, yo como espectador tengo que ver y tiene que ser verosímil lo que voy viendo, para mí mismo personaje tiene que haber cierta verosimilitud que está plasmada excelente en el guion, pero después uno se tiene que parar y ponerle el cuerpo a eso. Entonces, para mí lo más difícil fue encontrar ese punto justo entre lo verosímil y el género, como una cosa de animarme. Está siempre la forma segura de hacer algo y después, bueno, hasta donde uno le puede dar rosca y me parece que eso es lo más lindo del género, ¿no? Que uno pude dar una rosca un poco más…que a veces da miedo. Creo que en ese sentido Cristian nos alentó a encontrar como esa cosa en los personajes, que para mí hace que sea divertido atravesar estas escenas».

Con respecto al sonido, el director manifestó que es un aspecto muy importante en la película. La banda sonora fue realizada por Pablo Borghi, cuya principal inspiración fue el sonido de Bernard Hermann, el músico de Hitchcock. «Cuando la película arranca en los títulos uno sabe que está frente a una película de horror psicológico, y todo el trabajo de mezcla, de sonido y la concepción sonora, cómo tenían que sonar esos rayos, esos truenos que, de alguna manera es un viaje hacia la cabeza de uno de los personajes (…). Fue un trabajo muy hermoso el sonido, que tuvimos que hacerlo en un tiempo récord, pero creo que está en la película». Asimismo, insistió en la experiencia de verla en una sala de cine: «fue pensada para eso, tanto los planos, como el diseño sonoro, como grabar toda la música con cuerdas y con orquesta, algo que tampoco se suele hacer en nuestro cine».

Por último, sobre la experiencia de filmar ante esta situación de pandemia, previamente al rodaje, el equipo tuvo varias reuniones virtuales, para ensayar la película y lecturas de textos para poder comprender la historia. Cristian Bernard sostuvo: «Le pusimos el pecho, en un momento estábamos hartos, no nos conocíamos, estábamos todo el tiempo mirándonos por la pantalla. Hasta que un día dijimos «bueno, vamos al lugar», vamos a la casa, no un ensayo en un garaje, sino reconocer la locación, ir al lugar, la casa es otro personaje en la película, era importantísimo, la búsqueda de la locación fue otra cosa también, otro desafío».

 

Camila Mollica

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