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Crítica de «Asako I & II» de Ryûsuke Hamaguchi (2018)

Hace algunos años Hamaguchi sorprendió a la crítica especializada con «Happy Hour» (2015), un drama de 5 horas de duración que profundizaba sobre la amistad entre mujeres y otras cuestiones relacionadas a los vínculos afectivos. En aquella ocasión obtuvo dos premios en el Festival de Locarno. Tres años después vuelve al ámbito festivalero con «Asako I & II», la cual fue seleccionada para la competencia oficial en el prestigioso Festival de Cannes.

El largometraje conforma un drama romántico sensible e intimista, que ahonda en ciertos temas bastante atractivos y ricos para ser tratados en el terreno cinematográfico. Asako es una joven de 21 años que vive en Osaka. Se enamora de Baku, que es un espíritu libre y rebelde, pero éste desaparece repentinamente sin explicación. Dos años más tarde, Asako se muda a Tokio y conoce a Ryohei, que se parece extraordinariamente a Baku, aunque tiene una personalidad totalmente diferente. Asako acaba enamorándose de Ryohei pero en el fondo se pregunta si su amor es verdadero o está relacionado con aquel breve pero apasionado vínculo.

Hamaguchi nos presenta un guion inspirado y funcional, donde trata estas cuestiones relacionadas con el doble o doppelgänger, las relaciones modernas y las proyecciones que uno hace de eventos pasados en el presente. Un film realmente intrigante que sigue a la protagonista a lo largo del tiempo en la búsqueda personal de madurez emocional. Si bien algunas cuestiones parecen exageradas y/o exacerbadas, muchas de ellas son inherentes a la cultura japonesa y a la idiosincrasia de los individuos que componen la sociedad nipona actual.

La película representa una extraña experiencia que si bien por momentos descolocará al espectador al igual que a la misma protagonista, encuentra su sentido en la búsqueda de identidad y de estabilidad emocional. Mismo a nivel sonoro y musical se busca generar la anomalía, lo raro e incluso lo fantástico, ya que no terminamos de saber qué es lo que motiva esta atípica similitud de los individuos.

Por el lado de las interpretaciones se destaca la labor de Erika Karata como la joven que se debate entre los dos caminos muy diferentes a transitar si se decide por una pareja o la otra (de ahí el título del film) y el trabajo de Masahiro Higashide que personifica a los dos pretendientes de Asako.

«Asako I & II» es un film peculiar pero sumamente atractivo y entretenido de ver. Una propuesta diferente en el ámbito de las comedias dramáticas y/o románticas que busca ir por un lado más profundo y sustancial. Uno de esos relatos pequeños pero con grandes aspiraciones.

Puntaje:

 

 

Trailer:

 

Martín Goniondzki

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