Crítica de «Con Todos Menos Contigo» de Will Gluck (2023)

La comedia romántica es un género cinematográfico que siempre sirvió como reflejo sociocultural de la evolución que se da en los vínculos sexo-afectivos. A medida que las formas de relacionarse fueron cambiando, también este tipo de películas tuvieron que hacer lo propio en la pantalla grande. Lo cierto es que hoy en día la rom-com está en crisis. Principalmente se puede ver un cambio respecto a la concepción del amor romántico y la evolución de ciertos sesgos y «costumbres» que fueron cayendo en desuso, en especial todo lo que tiene que ver con la mirada más conservadora de la cuestión y con la heteronormatividad.

Haciendo una breve historia del género podemos decir que los orígenes de la comedia romántica se encuentran en la Screwball Comedy (comedia de enredos) que podía ser romántica o no, pero en varios casos contaba con ese componente. Dicho estilo de comedia tuvo predominancia en los años 30 y 40, con grandes exponentes como «La Adorable Revoltosa» («Bringing up Baby») de Howard Hawks y «Sucedió una Noche» («It Happened One Night») de Frank Capra, que de alguna manera fueron delineando las dinámicas de pareja y varios de los aspectos que se convertirían en los arquetipos principales del género. Varias décadas más tarde, durante los años ’90, la comedia romántica tuvo su momento de gloria con varios relatos que sentaron las bases y los modelos de las producciones en los años subsiguientes. Todo esto propiciado por «Cuando Harry Conoció a Sally» («When Harry Met Sally») de 1989 que tomaba todas las reglas conocidas, pero las abordaba de forma inteligente y dándole una vuelta atractiva a los personajes y sus intercambios. La popularidad de esta película y la demanda que ocasionó hizo que aparezcan una enorme cantidad de films durante los ’90 llegando a un ocaso en la primera década de los 2000. Si bien ya enumeramos algunas razones (sociales) de la caída de la comedia romántica quizás también fue debido al agotamiento causado por la gran oferta de esos relatos (algo similar a lo que está sucediendo con las películas de superhéroes).

Es por todas estas razones, que el estreno de una película como «Con Todos Menos Contigo» («Anyone but you», en su título original) es una rareza por estos días y genera cierta expectativa por ver cómo sostiene las convenciones de un género más allá de los cambios generacionales y las evoluciones en las relaciones modernas.

El largometraje lo dirige Will Gluck, un veterano de la comedia responsable de «Se Dice de Mí» (2010) y «Amigos con Beneficios» (2011), que vuelve a dirigir tras haber realizado las dos adaptaciones de los cuentos infantiles de Peter Rabbit. En esta oportunidad, Gluck se inspira en la comedia shakespeareana «Mucho Ruido y Pocas Nueces» para erigir esta arquetípica película que utiliza varias convenciones genéricas, algunas veces de forma torpe y otras acertadamente, donde dos protagonistas Bea y Ben (Sydney Sweeney y Glen Powell) tras una memorable primera cita, tienen un malentendido que los lleva a prácticamente a odiarse instantáneamente. Meses más tarde, una coincidencia los lleva a reencontrarse en un casamiento en Australia. A pesar de ese rechazo que se tienen, algunos eventos desafortunados los llevan a ser el centro de atención y por conveniencia deciden fingir que son pareja, evitando que a ella la busquen emparejar con un ex novio e intentando generarle celos a una ex pareja en el caso de él.

En ese escenario, se desarrollarán una serie de enredos y momentos divertidos principalmente apoyados en la dinámica del dúo protagónico, quizás uno de los principales aciertos del largometraje: la química entre Powell y Sweeney que además traspasó la pantalla en una enorme campaña de marketing que tuvo la película (eso también resulta llamativo, el espacio que se le dio a la obra para promocionarse con su gran lanzamiento en la pantalla grande en lugar de ir con un estreno limitado o directamente a streaming).

Tras un inicio algo tormentoso, Gluck logra verter su conocimiento del género sobre el relato, logrando darle cierta personalidad por medio de unos intercambios ingeniosos y un tono algo más picaresco que lo habitual. Obviamente que no hay nada demasiado novedoso bajo el sol y uno podrá anticipar cómo la comedia se atiene estrictamente al manual, pero la realidad es que la ejecución es bastante astuta y funcional (exceptuando alguna que otra desprolijidad en el montaje en el inicio de la película).

Todos sabemos que este film no entrará en el salón de la fama de los grandes exponentes que mencionábamos al principio, no obstante, su sinceridad, la falta de pretensiones y lo realmente entretenida que termina siendo la película, hacen que uno termine aceptando la propuesta de pasar un buen momento con esta comedia romántica de la vieja escuela. El género seguirá en crisis hasta que se terminen de reinventar o resignificar sus convenciones. Mientras tanto podemos disfrutar de «Con Todos Menos Contigo» a través del encanto de sus estrellas en ascenso, cierta pericia para la comedia física (que es la parte que más funciona, cuando se ciñe más a la comedia de enredos que al romance) y su honestidad con el público.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Martín Goniondzki

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