Crítica de «Hemshej» de Julieta Lande (2024)

Muchas veces las óperas primas nacen como una necesidad de contar una historia personal, en la que a medida que el director/la directora va investigando su pasado familiar va descubriendo parte de su propia identidad. Este es el caso de Julieta Lande, quien con el documental «Hemshej» quiso ahondar más en la vida de sus antepasados para entender su presente y el mundo que la rodea.

En 1939 sus abuelos, Joel y Jana, escapan de su pueblo en Polonia por la llegada de los nazis, convirtiéndose en los únicos sobrevivientes de su familia. En Argentina tuvieron dos hijos (uno de ellos luego se fue a vivir a Israel) y a pesar de mantener vivas las tradiciones judías, la época del Holocausto no se mencionó entre sus descendientes. Es así como a través de este documental Julieta busca comprender el por qué de este silencio, cuestionando también el relato que se le fue contando a lo largo de su vida.

«Hemshej» no es solo el título de este documental sino que es una palabra en ídish y en hebreo que significa continuidad. Fue el apodo que le dieron Joel y Jana al padre de Julieta, porque su mera existencia comprendía la continuidad de la familia, de las tradiciones, de la religión, de la vida.

A través de conversaciones con su papá, con su tío y primos de Israel y algunas personas que se fue encontrando en su camino; viajes que realizó a Polonia e Israel y material de archivo como fotos o videos de sus antepasados o actos escolares que retrataban fechas particulares para el pueblo judío, Lande va ahondando cada vez más en la historia familiar sin obtener respuestas demasiado concretas o reveladoras pero que la hacen pensar y llegar a ciertas conclusiones que la harán construir una bajada de línea bastante marcada y que puede dividir las aguas entre los espectadores.

La directora siente que desde chica solo le contaron una parte del relato del pueblo judío y que hubo algunas omisiones históricas que involucran a otras comunidades, sin embargo, sus reflexiones pueden ser un poco superficiales y no tener un sustento argumental detrás, simplemente es un pensamiento propio, que puede ser compartido o no por el resto de las personas, pero que no termina siendo una verdad revelada.

Por otro lado, muchas de estas asociaciones se sienten un poco forzadas, ya que la historia que pretende contar es una bastante universal de personas que, como tantas otras, encontraron en nuestro país un refugio, para hablar sobre la identidad, la importancia de mantener viva la memoria para las futuras generaciones y cómo parte de nuestro pasado nos va forjando, poniendo en duda qué es lo que se va transmitiendo y cómo.

Los aspectos técnicos cumplen, utilizando algunos planos cortos para transmitir mayor emoción en los relatos de los protagonistas, pero se podría haber aprovechado más la puesta de cámara, sobre todo durante los viajes para retratar las vivencias de cada lugar. Una voz en off de la directora acompaña muchas de las imágenes para aportar sus descubrimientos, reflexiones, frustraciones y pensamientos sobre la investigación que lleva adelante. Fue positivo mantener el idioma de los distintos entrevistados para marcar esta mezcla de culturas y orígenes.

En síntesis, «Hemshej» es un documental que a partir de una historia familiar, pero bastante universal, la directora logra reconstruir parte de su identidad y conectar con sus raíces. Podemos compartir o no algunas de sus reflexiones que surgen a través de su investigación, algunas un poco de manera forzada y basándose en pensamientos sin mucho sustento, pero que sirven para ahondar en cuestiones como la memoria, la comunidad y el traspaso de la historia a futuras generaciones.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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