Crítica de «La Inocencia» de Hirokazu Koreeda (2023)

Hirokazu Koreeda es uno de los directores japoneses más interesantes y valorados de la actualidad. Sus últimas películas, como «Después de la tormenta» (2016), «Somos una familia» (2018), que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes; «La Verdad» (2019) o «Broker» (2022), son algunos ejemplos que muestran la sensibilidad y el compromiso que le aporta a las historias familiares y de lazos afectivos que cuenta. Es por eso que cada vez que sale una nueva película del nipón estamos expectantes para ver con qué nos va a deslumbrar. Y por el momento nunca defrauda.

«La Inocencia» («Monster», en su título original) se centra en Saori Mugino, una madre soltera que quedó viuda luego de que su marido muriera en un accidente automovilístico. Su hijo de 11 años, Minato, empieza a comportarse de manera extraña, por lo que su madre siente que algo anda mal. Comienza a sospechar que el culpable es el maestro de su hijo, el Sr. Hori, por lo que irrumpe en la escuela demandando saber lo que está ocurriendo. Pero a medida que la historia se desarrolla a través de los ojos de la madre, el profesor y el chico, la verdad comienza a salir a la luz.

Uno de los elementos más interesantes que propone el film, y que se aleja un poco del estilo al que nos tiene acostumbrados Koreeda, es que cuenta la misma historia a través de tres puntos de vista diferentes. Al principio lo que vemos está condicionado por quien lo cuenta, convirtiendo a cada personaje en un narrador poco confiable. Será tarea del espectador ir uniendo las distintas piezas del rompecabezas a medida que va obteniendo la información correspondiente para conformar un panorama completo de lo sucedido recién hacia el final. Esto demanda la atención total del público que va a estar esperando hasta la conclusión para saber qué es real y qué es producto de la imaginación o de la percepción propia de algún personaje.

Por otro lado, las revelaciones son bastante impactantes e inesperadas, que van cambiando nuestro parecer sobre los personajes, pero también sobre los temas que va tratando la cinta que son recurrentes en la filmografía del director. No queremos adelantar nada para no arruinar la sorpresa, pero los tópicos que se abordan se relacionan con el bullying, el prejuicio, las familias disfuncionales, la inclusión, la identidad, el autodescubrimiento, la amistad, el amor, la contención familiar y escolar, cómo los profesores y directivos intentan resolver las problemáticas que se le presentan en el aula, entre otras cuestiones.

Nuevamente podemos notar la sensibilidad con la que Koreeda retrata esta historia centrada en lazos afectivos, la primera que no escribe él directamente, pero que de todas maneras logra interpelar y conmover al espectador. La profundidad y las capas que presentan los personajes y el buen trabajo que realiza el elenco, sobre todo los más pequeños, para mostrar los sentimientos de sus roles, sin demasiado diálogo, consiguen transmitir ternura pero también un drama intenso.

En síntesis, Hirokazu Koreeda vuelve a fascinarnos con «La inocencia» al igual que lo hizo con sus obras previas. Una historia que continúa con su sello y estilo al tratar las temáticas que más le interesan con profundidad, humanidad y sensibilidad, pero que las cuenta de una manera diferente, tan atrapante como sorprendente, cambiando la percepción del espectador minuto a minuto. Seguiremos de cerca el trabajo del director nipón como hasta ahora.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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