Top 5: Exitosas películas animadas (que no son de Disney)

Ayer se estrenó “Mi Villano Favorito 3”, continuando con la franquicia del malvado –si se puede decir- Gru junto a sus tres hijas adoptivas y sus adorables invenciones: los Minions. Si bien lleva el número tres, en realidad es la cuarta película de esta franquicia, que en 2015 incluyó un spin-off de los Minions. Bastante bien le fue a estos simpáticos seres amarillos, ya que su película es la segunda más taquillera de la historia, apenas después de la exitosísima “Frozen”. Por eso, vamos a repasar algunas de las películas de animación más queridas por el público, pero fuera de la tradición de Disney.

SHREK

Corría el año 2001 cuando se estrenó esta película y era la primera vez que los Oscars contaban entre sus ternas la Mejor Película de Animación. A pesar de competir con la exitosa «Monsters Inc.», la historia del ogro gruñón con la voz de Mike Myers se llevó la estatuilla a casa. Todo en «Shrek» es una burla a los clásicos cuentos de hadas, y en cierto modo una burla a los clásicos de Disney. Inauguró un nuevo estilo de comedia, con el feo ogro y su burro, quien acaba conquistando la codiciada mano de la princesa… quien también resultó ser un ogro.

LA ERA DEL HIELO

Posiblemente haya sido el impulso de «Shrek» el que llevó a Fox a meterse de lleno en el mundo de la animación por CGI al año siguiente. Cuenta la historia de un grupo de animales prehistóricos que migran hacia tierras más cálidas con el avance de los hielos. Allí conocemos al mamut Manny y al perezoso Syd, quienes se pierden lejos del grupo y encuentran un bebé humano. Deciden regresarlo a su manada cuando conocen a Diego, un tigre dientes de sable que finge ayudar, pero que en realidad busca vengarse de los humanos.

CÓMO ENTRENAR A TU DRAGÓN

Una vez que se llevó su primer Oscar, Dreamworks no se detuvo en su producción de películas animadas. Tuvo éxito con «Kung Fu Panda» y «Madagascar», sus más exitosos productos devenidos en franquicias; también tuvo algunos fracasos de taquilla. Por eso en 2010 se la jugó con una película original que ponía todas las fichas sobre la mesa en cuanto a calidad de animación. La película cuenta la historia de Hiccup, un vikingo bastante debilucho a quien nadie toma en serio; y cómo llega a descubrir que los dragones pueden amaestrarse en lugar de matarse. El dragón Chimuelo se convirtió en uno de los personajes más entrañables de la década, dando inicio a una nueva franquicia de películas.

THE LEGO MOVIE

Warner Bros. era la única de las grandes distribuidoras que todavía no tenía bien aceitado su costado de animación, aunque tuvo un aislado éxito con “Happy Feet” en 2006. Por eso en 2014 se lanzó a la pileta con una idea arriesgada y original, animar el mundo de Lego. Con una calidad de animación impecable y un elenco que desbordaba de figuras, la película fue un éxito y abrió la puerta a nuevas películas de la franquicia. Incluso el Batman del mundo Lego tuvo su película este año, que resultó probablemente la mejor película de DC antes del estreno de «La Mujer Maravilla». Productos tan exitosos como delirantes, es la prueba de que hay que arriesgar para ganar; aunque sólo una vez cada miles se logra este codiciado éxito.

EL VIAJE DE CHIHIRO

Lo más usual es que la animación comparta el género de la comedia, con películas para un público infantil o juvenil y un tono ligero. Sin embargo, el maestro Miyazaki siempre rompió este esquema y produjo películas para analizar. Con esta animación ganó el Oscar en 2002, aunque todas sus obras son destacables. Chihiro realiza por accidente un viaje hacia las tierras de los espíritus donde se ve obligada a trabajar para la bruja Yubabba en su casa de baños para liberar a sus padres. Susceptible a miles de horas de análisis, trata temas como el trabajo infantil, la trata de personas con fines de prostitución, la lucha de las costumbres tradicionales contra la modernidad, y la transición de la niñez a la adultez. Un caso aparte de las películas de animación mencionadas anteriormente, aunque su éxito no tenga nada que envidiarle.

Agustina Tajtelbaum