CINE

Crítica de «El Sobreviviente» de Edgar Wright (2025)

Pocos meses después del respetable éxito que fue «The Long Walk», llega otra adaptación de Stephen King que espera hacer algo más de ruido. El director británico Edgar Wright, conocido principalmente por sus comedias de acción, decidió que esta segunda versión cinematográfica (luego de la de Arnold en 1987) de la novela sea también su segunda producción hollywoodense tras «Baby Driver»; esta vez acercando el tono un poco más a sus irreverentes éxitos como «Scott Pilgrim vs The World» o la trilogía del Cornetto junto a Simon Pegg.

Glen Powell («Top Gun: Maverick») protagoniza como Ben Richards, uno de los desafortunados participantes de la nueva temporada del programa de concursos Running Man. Cada día sobrevivido significa aumentar las ganancias para su familia en medio de un contexto socioeconómico absolutamente hostil, empujando a personas como Richards a arruinar su reputación con tal de mejorarle la vida a su familia y costear el tratamiento de su hija enferma. Del otro lado no se enfrentan únicamente a un grupo de asesinos entrenados, sino al resto de los civiles que pueden ganar premios en efectivo si denuncian haberlos visto o incluso ayudan a eliminarlos.

Manteniendo a grandes rasgos el mismo concepto que en los 80s surgió como una forma de parodiar el boom de los programas de concursos en televisión, Wright consigue modernizar la experiencia al desarrollar la parte social del relato. El tono se mantiene algo caricaturesco pero se toma en serio lo suficiente para poner a nuestro protagonista en peligro constante. Proyectos inferiores solo enfocarían la seriedad de la peli en el contexto familiar del personaje de Powell, pero el acierto del guion co-escrito con Michael Bacall («21 Jump Street», «Scott Pilgrim») es sembrar entre todo el espectáculo de disparos, explosiones y risas esas mismas problemáticas en el resto de personajes secundarios. El resultado es que llegado el clímax tenemos un tercer acto que cosecha toda esa ansiedad socioeconómica y enfrentamientos culturales provocados por los verdaderos villanos de forma un tanto menos acartonada que en otras distopías de acción.

No había dudas de que Powell iba a ser un excelente protagonista de acción, pero la película se encarga también de aprovechar el carisma cómico que viene desarrollando en su carrera. De todas formas, a pesar de hacer un gran trabajo el personaje no parece lograr convertirse en uno especialmente memorable. Con similar desempeño encontramos varios nombres que arman un elenco bastante divertido, liderados por un Colman Domingo que aunque carismático no logra nada especial o un par de cameos de William H. Macy y Michael Cera que con muy pocos minutos de pantalla acaban siendo humildes pilares en la experiencia. Punto aparte para Lee Pace, que aunque tiene un rol limitado durante la película sí cumple con creces durante el climax, y un Josh Brolin que consigue darle un carisma a su antagonista que (sin llegar a ser tan caricaturesco) logra ese vacío interior con el que seguramente se haya topado tantas veces en su larga carrera en Hollywood.

«The Running Man» es otra muy buena película de acción de un Edgar Wright, aunque con el éxito de sus parodias tan fanáticas del género todavía es palpable la sensación de que es capaz de lograr algo más y sacar un verdadero clásico que aún le es elusivo. Lo que la convierte en una rotunda victoria, de todas maneras, es haber conseguido trasladar un concepto tan ochentoso a la modernidad no sólo en lo funcional sino incluso en las temáticas trabajadas. En el cine de acción las motivaciones suelen ser una excusa para mover el motor de la adrenalina, pero este es un film que hace lo necesario para que problemáticas tan actuales logren ser la combustión justa para pasarla bien un rato en el cine.

Puntaje: 

 
 
 

Tráiler:


 
Leandro Porcelli

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