Crítica de «Una Batalla Tras Otra» de Paul Thomas Anderson (2025)
«Una batalla tras otra» reúne todas las fortalezas y el estilo particular que uno de los mejores cineastas modernos ha mostrado durante las últimas cuatro décadas, con un humor alternativo al estilo «Boogie Nights» o «Inherent Vice» subrayando temáticas sociales punzantes como lo hizo antes con «There Will Be Blood» o «The Master». Pero lo mejor que tiene este nuevo thriller de Paul Thomas Anderson es que al mismo tiempo se vuelve una película esencial para los tiempos en los que vivimos.
Su prólogo comienza con un grupo de activistas de izquierda liberando prisioneros de los campos de concentración estadounidenses y atacando bancos al igual que oficinas gubernamentales. Pero el disparador de toda la trama es un triángulo pasional que dará origen al futuro: la carismática líder guerrillera (Teyana Taylor), el encargado de explosivos que es su pareja (Leonardo DiCaprio) y el obsesivo militar con el que tendrán varios encontronazos (Sean Penn). La hija nacida y criada de forma separada por aquellos personajes va a verse en peligro años después cuando el personaje de Sean Penn comience a cazarlos uno por uno.
PTA se encarga con su trabajo de guion y dirección de colocar las piezas en su lugar para la verdadera estrella de esta cinta: el montaje. Este es un thriller constantemente dinámico que nos aleja la espalda de la butaca, casi al estilo del cine de Tony Scott o los hermanos Safdie. La trama y sus personajes van caminando, trotando o corriendo hacia un clímax de inevitabilidad prácticamente mitológica. El film no reniega llamar las cosas por su nombre, aunque de forma más implícita que textual, ni mostrar en pantalla problemáticas reales que hace bastante vienen dándose en países que usan la libertad y civilización como cínicas banderas. Desde antes de su estreno que la peli viene recibiendo por fuera de la industria críticas por atreverse a explorar los males morales de la potencia norteamericana durante una época de oscurantismo político. Este proyecto no reniega el ser político, pero también demuestra cómo la política humanística es su principal interés y que no plantea infantilismos sin grises.
Quizás una mejor elección de actor en el rol de DiCaprio podría haber mejorado el ya excelente producto final, siendo que en todo momento se siente una naturalidad forzada por parte de la estrella. Mientras que del otro lado del espectro se encuentra un regreso brillante de Sean Penn a la gran pantalla y una creación de personaje fuertemente simbólica por parte de Teyana Taylor. El resto del elenco y la trama de todas maneras se sienten bastante orgánicos, estirando el realismo del relato para alcanzar el nivel de irreverencia con el que suele bañar Anderson sus proyectos.
A fin de cuentas, «Una batalla tras otra» es probablemente una de las películas de la década. No solo por nivel o calidad sino por las temáticas tan de esta época que trata y la personalidad con la que las plasma de forma brillantemente atemporal en pantalla. Un elenco que mezcla carisma con funcionalidad sirven como las piezas idóneas para que el mejor cineasta estadounidense de este lado del milenio se atreva a crear una odisea audiovisual desvergonzadamente política, humanística y por sobre todas las cosas intensamente entretenida.
Puntaje:
Tráiler:
Leandro Porcelli