Dolores Fonzi: «hoy en día, no sé si estaría viva una mujer enfrentada a la barra brava»

«Puerta 7» es la serie argentina presentada por Netflix que explora el mundo de las barra bravas locales. Con Martín Zimmerman («Ozark», «Narcos») a la cabeza y con Adrián Caetano («Pizza, Birra, Faso») en la dirección de los ocho episodios que componen esta primera temporada, la propuesta explora el lado oscuro del fútbol y retrata la lucha que emprende la primera jefa de seguridad de un club contra la mafia que tiñe al deporte.

Durante la presentación de la serie, Dolores Fonzi y Esteban Lamothe, dos de sus protagonistas, estuvieron en diálogo con Cinéfilo Serial para contarnos acerca de sus personajes, su experiencia trabajando con Adrián Caetano y nos contaron qué es lo que esperan que los espectadores aprecien después de mirar la serie.

En «Puerta 7», sus personajes se encuentran en polos contrarios: mientras que Fonzi encarna a Diana, la jefa de seguridad que quiere sanear al club, Lamothe se pone en la piel de Fabián, un barra que lleva la violencia como impronta personal. «Nuestros personajes tienen mucha historia para contar, y eso les juega a favor. Son personajes ambiguos», declaró Lamothe.

«La forma en la que Caetano encaró a nuestros personajes es muy interesante. Fabián puede estar torturando a alguien a la mañana y la tarde puede tener un gesto de cariño y cuidado con un chico. Lo interesante es que en ese cuerpo puedan habitar esas dos cosas, por más que mi personaje sea de los malos», agregó el actor.

Es de público conocimiento que Dolores Fonzi sostiene una activa militancia feminista, y este personaje responde al tipo de mujeres que nos gustaría empezar a ver en televisión: es fuerte, se abre paso en un universo machista y su pareja es otra mujer. Ante la pregunta acerca de si sintió algún tipo de responsabilidad a la hora de encararlo, ella contestó que no: «lo que me atrajo del personaje es la imagen de una mujer entrando con su novia a imponer sus reglas en un mundo de hombres. Imaginarme que un día los barras se enteran que metieron a una piba a ser jefa de seguridad que va a combatir contra el sistema del que ellos son beneficiarios, me causa gracia y regocijo. Es una mujer al poder, que el poder bien usado es libertad para poder cambiar las cosas, que se enfrenta con los barras. En realidad, hoy en día no sé si estaría viva esa mujer». Además, agregó que «tenía en claro que Diana va hacia su objetivo con determinación, audacia y coraje porque se enfrenta a algo muy imponente, que son las redes de poder dentro del fútbol y los distintos escalones de poder e impunidad que se manejan, y es lo que ella intenta cambiar».

Por su parte, Lamothe contó que preparó al personaje leyendo mucho el guion y confiando en el encuentro con Caetano, director al que admiraba y con quien tenía muchas ganas de trabajar, porque le parecía que él lo podía filmar increíble al ser «una especie de western de conurbano». Lo que le pareció atractivo de Fabián residió en su humanidad, que se expresa en la historia de amor de su personaje con Mario, el chico que está dando sus primeros pasos en la barra. Si bien resalta que no es una historia de amor romántico, sí lo caracteriza como un amor paternal y es en ese vínculo en el que el personaje se define. «Traté de trabajar mucho con Caetano para darle verdad al personaje. Por un lado, pensábamos en toda la humanidad del personaje y por el otro, su lado más Bruce Willis en las escenas en las que está a los tiros».

Con relación a los desafíos que encontraron a la hora del rodaje y para componer a sus personajes, ambos estuvieron de acuerdo con que la modalidad de trabajo de Adrián Caetano puede resultar un poco compleja. Si bien su forma de trabajar «le da un abismo y vertiginosidad al proyecto que te excita y te estimula», según Fonzi, también implica una capacidad de adaptación frente a cambios imprevistos porque «tiene una metodología en la que impone algo nuevo en el momento de la escena, que termina convirtiendo todo en algo mucho más vivo y presente. Impone un sistema de trabajo que te obliga a estar atenta y concentrada».

Aunque ninguno de los dos actores se considera realmente futbolero, están al tanto de lo que sucede en el mundo que rodea a ese deporte. «Somos argentinos y, aunque te guste o no el fútbol, somos parte del sistema. Sabés lo que pasa aunque no participes, y a la vez este sistema corrupto está naturalizado, que es casi igual de importante que el fútbol», declaró la actriz y añadió que «nadie se sorprende de lo que sucede en el mundo del fútbol. Incluso hay documentales. Yo investigué para ver quién es un barra, quién es el capo de una barra… hay algunos que son encantadores, como Lomito», haciendo referencia al personaje que encarna Carlos Belloso en la serie.

Esta no es la primera vez que Fonzi y Lamothe trabajan con Netflix: ambos estuvieron trabajando en otros proyectos para la plataforma. En relación a esto y ante la pregunta acerca del aporte de «Puerta 7» para la plataforma y el panorama de la ficción local, Lamothe respondió que «aporta mucha calidad porque la manufactura es muy buena». Por su parte, Fonzi profundizó en que ayuda a que se deje del lado el tabú a la hora de contar historias: «se empieza a abrir el abanico de temas. Se empieza a poner sobre el tapete temas que antes no se tocaban y que uno no tenía ni idea de cómo eran. Como los barrabravas son quilomberos uno sabe y accede a las noticias, pero que se empiece a poner sobre la mesa cómo funcionan las redes de poder y la impunidad, está buenísimo».

Finalmente, los actores cerraron haciendo referencia a que les gustaría que los espectadores se quedaran con el matiz humano que tiñe a toda la serie. Mientras que Lamothe hizo hincapié en que le gustaría que el espectador se quedara con «la historia de unos seres humanos que hacen lo que pueden, como nosotros», Fonzi destacó que la gracia de la serie recae sobre «la habilidad de Caetano para no dramatizar, solemnizar, victimizar la marginalidad y simplemente poder exponer y evidenciar un sistema que debería cambiar, pero a la vez lo muestra con una sensibilidad de una historia, que puede ser de amor o de ambición. Él lo puede mostrar sin bajar línea, sólo mostrándolo, pero con pasión».

Micaela Gallo

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