Crítica de “Ibiza” de Alex Richanbach (2018)

“Ibiza” cuenta la historia de Harper (Gillian Jacobs), una joven cansada de su trabajo, cuya jefa la envía a Barcelona para que cierre un trato muy importante para la empresa. Sus dos mejores amigas (Vanessa Bayer y Phoebe Robinson) deciden sumarse al viaje de negocios para convertirlo en una aventura llena de fiestas, droga, alcohol y hombres.

La nueva propuesta de Netflix no es nada que no hayamos visto anteriormente en películas de amigos, donde realizan un viaje para cambiar algún aspecto de su vida o para celebrar alguna ocasión. Tal vez la innovación recaiga en que las protagonistas son mujeres sin tapujos ni miedo al qué dirán, pero de todas maneras caen en clichés y momentos previsibles.

La película consigue sustentarse por el trío protagónico que tiene buena química entre sí. Gillian Jacobs siempre es muy carismática y natural en los roles que encarna (la recordamos sobre todo por su papel de Mickey en la serie de la misma plataforma “Love”). También se suma la participación de Richard Madden (“Game of Thrones”), muy acorde en su rol de un DJ que conoce a Harper y que rápidamente se sienten atraídos el uno por el otro. Pero su subtrama romántica tampoco logra profundizarse del todo ni generar algo especial en la audiencia.

Probablemente en lo que más falla “Ibiza” es en su guión. No podemos negar que existen algunos instantes graciosos o divertidos, pero la comedia no es efectiva en todo momento. Se abusan de los chistes chabacanos para generar una especie de complicidad con el espectador. Por otro lado, las motivaciones de la protagonista cambian hacia el final de la trama. ¿Le da más importancia a su vida profesional o personal? Se juega su propia carrera para después quedarse a medio camino de lo que parecía ser su objetivo principal y esto no termina de cerrar narrativamente.

Asimismo, por momentos la película se siente pesada, ya que al tener un conflicto tan simple como buscar al enamorado de turno, no existe un desarrollo más complejo o profundo que permita un avance en la trama. El punto de partida sirve para mostrar una sucesión de fiestas con los típicos estereotipos.

En relación a los aspectos técnicos, el film apela a la música de moda para captar la atención del público, con canciones como “Despacito» o “Mí gente”, que si bien son populares en todo el mundo, no son características de España. En cuanto a las locaciones, es inconcebible que la cinta se haya rodado en Serbia y en Croacia, cuando justamente el título de la misma es “Ibiza” y el fin de la película es el viaje de tres estadounidenses hacia dicho destino. Lo mínimo que podemos pedir es conocer más acerca de sus paisajes, sus comidas, su gente y que sea algo real no creado artificalmente.

En síntesis, “Ibiza” es una comedia que puede divertir y entretener en algunos pasajes de su historia, pero que cae constantemente en clichés y en situaciones ya vistas anteriormente. Además, no nos encontramos con un conflicto poderoso para que la trama avance, sino que su deseo es exponer las ganas de diversión de sus protagonistas. El elenco hace una buena labor para sostener esta trama pasatista.

Puntaje:

Tráiler:

 

Samantha Schuster

2 comentarios sobre “Crítica de “Ibiza” de Alex Richanbach (2018)

  • el 27 octubre, 2018 a las 10:17 am
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    Nos dimos la lata de verla hasta el final esperando que mejorará en algún momento, pero NO. La película es pésima, horrible de mala, fome. De verdad si la ven en la cartera de #Netflix pasen de largo, no la vean, no pierdan tiempo.

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  • el 10 noviembre, 2018 a las 8:50 pm
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    Es un auténtico bodrio. Pérdida de tiempo absoluta.

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