CINE

Crítica de “La Mujer Maravilla” de Patty Jenkins (2017)

Wonder Gadot. Si hay un traje que le calza a medida, es el de La Mujer Maravilla. No era fácil el reto: A pesar de un par de escasos cameos en «Batman v Superman», acá tenía el peso que supone cargar con la mochila del protagonismo, y la de ser la primera superheroína en pisar la pantalla grande. Desde monstruos verdes enfurecidos y gruñones, pasando por millonarios excéntricos vestidos en trajes de lata o spandex negro, de dioses Nórdicos que escupen rayitos por un martillo, hasta alienígenas encapotados pasados de esteroides. El cine de superhéroes parecía pertenecer exclusivamente al mundo de los pectorales, y cuando una chica aparecía, o era la linda novia de alguno, o era una segundona que aportaba el viejo contraste entre puños y curvas.  Hasta que llegó ella y dijo: “Holis, soy Gal Gadot, estuve en el ejército israelí y fui miss Universo y…ah…sé actuar…”. Un cóctel a priori bizarro, pero que funciona de “Maravilla”.

Antes de ser Wonder Woman (Gal Gadot) era Diana, princesa del Amazonas entrenada para ser una guerrera invencible. Diana ha sido criada en una isla paradisíaca protegida. Hasta que un día un piloto americano (Chris Pine), que tiene un accidente y acaba en sus costas, le habla de un gran conflicto existente en el mundo [Primera Guerra Mundial]. Diana decide salir de la isla convencida de que puede detener la terrible amenaza. Mientras lucha junto a los hombres en la guerra que acabará con todas las guerras, Diana descubre todos sus poderes, y de paso, su verdadero destino.

Gadot ya venía pisando fuerte con su personaje de Gisele en «Fast & Furious» (varias de ellas) y en “Criminal” (2016) con Kevin Costner y Ryan Reynolds. Algunos haters de esos que andan sueltos por las redes se preguntaban en sus ratos de ocio si este papel, acaso, no le podía quedar un poquitín grande a la bella Gal, y es tremendamente reconfortante decirles lo equivocados que estaban. Su trabajo, además de ser  una de las mujeres más bonitas de la tierra, (cosa que la directora, Patty Jenkins, se encarga en cada plano de hacerlo notar y por momentos es alevoso) es prolijo, certero, consciente y metódico. Le sobran espaldas para que en cada coreografía luzca como una verdadera guerrera amazona que te puede patear el trasero sin esfuerzo, y encima te ponga cara de “Soy una princesa, obvio que no me despeino y ni me ensucio”.

Sería injusto olvidar al resto del reparto, que acompañan con gran dignidad la labor de la protagonista,  particularmente el caso de Chris Pine (el capitán Kirk en «Star Trek»), que si bien siempre se lo vio sólido en sus actuaciones, acá forma parte esencial del engranaje encargado de sostener el co protagonismo (por momentos pisando fuerte los talones de la protagonista), llevando a cabo una tarea más que digna, dando cuenta de su madurez actoral, quizás debido a que ya no es un el chico fanfarrón de ojos azules que hace las cosas sin pensar, por el contrario, este personaje demanda seriedad, y está a la altura de los requerido. 

La aparición de la siempre interesante Robin Wright («House of Cards») es una frutilla riquísima, pero lamentablemente muy chiquita, ya que una pésima decisión del guión la hace desaparecer innecesariamente.

El filme se siente redondo, la historia es orgánica y está excelentemente contada y, a pesar de sus baches, (mayormente atribuidos al género) es entretenida en sus casi 2 horas de duración, manteniendo siempre la cadencia justa para no aburrir ni decaer. Los baches mencionados dan la impresión de estar meticulosamente insertados, casi contrastando con el bruto de la película, quizás más pertenecientes a las garras de algún corporativo ensañado con sus estadísticas, que al guión en sí. Nunca dejan de molestar los carraspeos pomposos y sentimentaloides, algún dato no explicado o mencionado a medias, y algunos personajes desperdiciados, sin rumbo aparente o con motivaciones poco exploradas. Lo único malo es el tercer acto, que tiene todo lo que una película de cómics: un final lleno de efectos especiales sin sentido.

«Wonder Woman» es una película de acción, una comedia romántica y una historia con un mensaje significativo y una película de guerra. Pero ante todo, es una película de iniciación, en la que el personaje atravesará un camino de aprendizaje, en el que se convertirá no solo en La Mujer Maravilla, sino que las adversidades del mundo la harán madurar a los golpes, y la fuerza, dejar de ser una chica inocente, ingenua y naif. Finalmente, un Blockbuster como la gente.

Puntaje: 3,5/5

Tráiler:

 

Matías Pani

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