Crítica de «Sueños S.A.» de Kim Hagen (2020)

La vida de Minna da un vuelco cuando la nueva novia de su padre, Helena, y su hija Jenny, con la que no se lleva bien, se mudan a su casa. Una noche, Minna descubre el mundo de los sueños, donde hay unos constructores que se encargan de crearlos. Minna empieza a manipular los sueños de Jenny pero esto conlleva unas consecuencias terribles y Jenny se queda atrapada sin poder despertar. Minna debe entrar al mundo de los sueños para enfrentarse a los sueños que ella ha creado y así salvar a Jenny y su nueva familia.

Frente a este largometraje, como espectador, es necesario adoptar la postura pasiva y de relajamiento obligado, estimulado por una historia simple, directa y llevada a cabo por personajes sin complejidades dramáticas. Puede que, al tratarse de una película de animación, uno esté «mal acostumbrado» a las joyas infalibles que suelen estrenar las grandes productoras de la industria, tales como Pixar o Dreamworks, en donde la aceptación de cada una de sus producciones suele ser muy elevada por público de todas las etnias y edades. La danesa «Sueños S.A.» tal vez no sea uno de estos tanques de las grandes productoras, pero es una experiencia agradable. Cumple.

Resultan muy cálidos aquellos guiños de la ficción hacia el mundo real, y cómo a partir de ahí, un simple sueño se puede transformar en una bisagra de inflexión determinante para alguien en la vida. Esos mismos sueños, con los que han jugado autores como Borges o el mismísimo Nolan, y su galardonada película «Inception», los que sirven también aquí de excusa perfecta para dar un buen puntapié argumental a este mundo fantástico.

Imaginemos a cada uno de nuestros sueños como obra de un equipo de rodaje cinematográfico inexperto, un equipo que hace lo que puede por generarnos bienestar y las sensaciones que ellos mismos consideren que vamos a necesitar recordar una vez despiertos. Bueno, algo similar sucede en esta película, con la pequeña arista argumental de que Minna, la protagonista, logra descubrir este secreto e invadir dicho set de rodaje, tanto para sueños ajenos como para el de los propios.

La historia, además cuenta con un pulso narrativo al que tal vez no estamos tan acostumbrados, notablemente influenciado por su país de origen, y eso en sí ya es un punto atractivo, llamativo. La experiencia, en síntesis, acaba siendo satisfactoria, con algunos momentos ideados para la emoción, y otros tan llenos de color y simpatía, que en ningún momento se pierden las chispas de magia infantil que todos llevamos dentro.

Puntaje:

 

 

Tráiler: 

 

Sergio Araujo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *