Crítica de «Vivo» de Kirk DeMicco y Brandon Jeffords (2021)
Hace un tiempo decíamos que Sony Pictures Animation venía levantando la puntería con sus proyectos tras la oscarizada «Spiderman: Into the Spiderverse» y las recientes «The Mitchells vs the Machines» y «Wish Dragon». Ahora es el turno de «Vivo» que parece certificar esta tendencia.
El film animado es un musical con guion de Quiara Alegria Hudes (la que hizo dupla con Lin-Manuel Miranda para escribir el libreto de la obra teatral «In The Heights») basado en una historia de Lin-Manuel y que cuenta con música original del mismo artista con ascendencia portorriqueña. El largometraje se centra en Andrés, un músico callejero de La Habana, y Vivo, su kinkajú («oso de la miel» de la selva tropical, cuya voz es la de Miranda) mascota. Ambos pasan los días cantando y ganándose la vida con melodías alegres y contagiosas. Un día Vivo descubre que Andrés nunca pudo declararle su amor a Marta Sandoval (Gloria Stefan), y decide buscar la forma de viajar desde La Habana hasta Miami para entregarle una canción al antiguo amor de su adorado dueño.
La película que hizo su debut el viernes pasado en Netflix, es una especie de «crowd pleaser» que transita por varios lugares comunes y/o esperables en este tipo de relatos destinados a un público infantil o familiar. Igualmente, la producción se destaca más por sus formas y sus elementos distintivos que por la historia conmovedora y sensible que ya vimos en varias oportunidades. Nuevamente sobresalen las pegadizas canciones de Lin-Manuel Miranda que son interpretadas maravillosamente por él y por todo el elenco, entre los que cabe destacar a la debutante Ynairaly Simo, a Juan de Marcos González y a la reconocida Gloria Stefan, quien se pone en la piel de Marta.
Por el lado de la animación, no hay mucho que objetarle a la producción de Sony que presenta un trabajo más que correcto, con una paleta de colores estridente y unos movimientos súper fluidos. Obviamente, a veces se nota un grado de detalle menor en lo que son los fondos y la animación secundaria si lo comparamos con la competencia, pero realmente Sony hizo un buen trabajo recreando La Habana, Florida en sus zonas de Miami y los Everglades.
Además de la música y el buen trabajo de animación, hay que destacar ese ritmo acelerado y ese timing cómico que probablemente sea el resultado tanto de una buena construcción de las secuencias y de la visión de Kirk DeMicco (director de «The Croods») para llevarlas a buen puerto.
Demás esta decir que lo que se roba la película y el protagonismo de la misma son las canciones de Miranda que al igual que sus anteriores producciones tanto para Broadway como para el cine, mezclan Hip-hop y rap con ritmos latinos y baladas. La animación parece sentarle bastante bien al compositor.
«Vivo» es un entretenimiento asegurado para toda la familia. A pesar de que no nos cuente nada nuevo, la magia del relato está más puesta en «cómo» y con qué elementos se cuenta la historia más que en dicha historia en sí.
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Martín Goniondzki