Manoel de Oliveira, la esencia del cine portugués
Debe admitirse que, salvo por motivos específicos, para conocer el cine lusitano hay que ser un cinéfilo de pura cepa. A nivel mundial, Manoel de Oliveira es considerado como el cineasta más célebre nacido en Portugal y, en sus tierras, es el más prestigioso a su vez. Así que, las próximas líneas serán un pequeño homenaje para esta figura de renombre.
Nace en 1908 y muere en el 2015, siempre en Porto. Oliveira inicia su carrera como cineasta, dirigiendo un cortometraje llamado «Douro, fauna fluvial» en 1932. Igualmente, su comienzo se vio complicado por el conocido Estado Novo en Portugal, un régimen autoritario implementado por Antonio de Oliveira Salazar, abarcando desde 1933 hasta 1974. Por falta de libertades y problemas económicos, Oliveira no pudo dedicarse por completo a la dirección cinematográfica, aunque logró producir algunas cintas.
En 1975 estrenó «Benilde», una película basada en una obra teatral de José Regio. Este film lo catapultó al reconocimiento mundial y, sumado al período de normalización en su país, logró hacer treinta cintas más. Asimismo, el director entabló una relación especial con la literatura: la mayoría de sus largometrajes se basaron en diferentes novelas. Por ejemplo, «Amor de perdición», estrenada en 1979, nace de una novela de Camilo Castelo Branco. Dos años después, lanzó «Francesca», con raíz en un libro de Agustina Bessa Luis, quien, por su parte, se inspiró en un relato de Branco. Oliveira filmó «El día de la desesperación» en 1992, contando la historia de su escritor de preferencia, Branco.
Galardonado múltiplemente a nivel mundial, en el 2002 consiguió el Premio Mundial de las Artes y continuó dirigiendo películas hasta diez años después, cuando fue internado por complicaciones de salud. Tres años después, Manoel de Oliveira fallece a los 106 años; tiempo en el cual logró dejar al cine portugués en su punto de esplendor máximo.
Franco Valente
