«Trainspotting»: del papel al culto
«Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia… ¿Y las razones? No hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?». Bajo estas palabras se daba inicio a una de las mayores películas de culto, que hasta el día de hoy sigue vigente en el corazón y en la retina de todos los cinéfilos. Pero, ¿cómo y por qué se convirtió en algo así? Un poco de historia:
Primero que nada, es menester aclarar que «Trainspotting» antes de ser conocida mundialmente como una película, fue un libro, de esos que tanta inspiración le han dado al mundo del cine. En 1993 un joven de clase media, aficionado a la música y a las drogas, lanzaba «Trainspotting». Ese joven escritor era Irvine Welsh, artífice de todo este universo. Jamás se le pasó por la cabeza que su primera novela iba a tener tanto éxito entre los lectores británicos y que además, se convertiría en la novela más robada en librerías de toda Gran Bretaña. Y jamás pensó que su primera novela, 3 años después, se convertiría en un film.
La cinta fue dirigida por Danny Bolye y protagonizada por el actor en alza Ewan Mcgregor, Ewen Bremmer, Jonny Lee Miller, Robert Carlyle, Kelly Macdonald y con un breve cameo de Irvine. La música fue dirigida por nada más y nada menos que por Damon Albarn (Blur) y contó con temas de bandas de Iggy Pop, Primal Scream, New Order, Lou Reed y Pulp. La fotografía estuvo de la mano de Brian Tufano, y el guión lo escribieron el propio Irvine y John Hodge. Demás está decir que fue impecable la elección de todos y cada uno de ellos: el guión fue sumamente sólido, con la compensación justa de acción y diálogo, siempre respetando el material original, los planos de Boyle acompañan en todo momento con grandes planos que quedaron en el recuerdo, y en materia de actuaciones, el grupo de yonkis destaca increíblemente.
Pero eso sólo no compone una obra maestra; según algunos especialistas, para que algo sea de culto debe contener innovación y transgresión. Afortunadamente, «Trainspotting» cuenta con los 2: Es una película que en su momento fue un bombazo entre críticos y espectadores, ya que ninguna otra trató el tema de las drogas de forma tan cruda. Ninguna otra mostró el lado humano de los consumidores de heroína. Tanto el libro como la película son críticas a la sociedad de consumo y al capitalismo, la derrota moral que conlleva no conseguir trabajo en la época post Margaret Tatcher, y la juventud reemplazando todo ese mal por drogas. En propias palabras de Irvine Welsh, «‘Trainspotting’ tuvo y tiene tanto éxito porque marca la transición entre una sociedad con pleno empleo a una desesperanzada y sin futuro, que encuentra las drogas como modo de escape». Por eso, miles de jóvenes, especialmente británicos, encontraron un modelo con el cual se sintieron identificados, tanto estéticamente como socialmente. Gracias a esto se transformó en culto, fue más allá, y al día de hoy se sigue viendo, traspasando de generación en generación, e increíblemente, logra identificarlos.
¿Pensabas que eso era todo? Aún hay más: 9 años después, Irvine Welsh lanza su novela «Porno», situada 20 años después de los hechos acontecidos por Renton y compañía. Por muchos años estuvo cajoneada en estudios que trataban de llevarla a la pantalla, tanto pasó que hasta salió un libro precuela, llamado «Skag boys».
Finalmente, luego de las presiones y la insistencia de los fans, ya que se estaban por cumplir las 2 décadas de aniversario, se anuncia que Danny Boyle regresa como director y con él se trae a todo el cast original para hacer T2 (omitieron el nombre original por cuestiones obvias). Las primeras reviews fueron muy favorables y los afortunados fans que la vieron de forma anticipada aseguraron que se trata de un clásico moderno que le hace justicia a su antecesora.
¿Qué esperamos de esta nueva entrega? Sobre todas las cosas, respeto al trabajo original y que siga siendo transgresora, diciendo y mostrando las cosas como son, sin medias tintas. ¿Habrá más historias sobre este mundo? Es muy posible, material de referencia hay de sobra.
Lucas Ranieri