23º BAFICI: «La Taza Rota» de Esteban Cabezas (2021)
Rodrigo tenía una mujer, un hijo y una casa pero luego de la separación lo perdió todo por su irresponsabilidad. Un día vuelve a su antiguo hogar decidido a recuperar el lugar que cree que le corresponde, aunque eso signifique lastimar a todos los que quiere.
«La Taza Rota» es la ópera prima del director chileno Esteban Cabezas, quien busca ahondar sobre los vínculos familiares, las relaciones tóxicas, el egoísmo, el perseguir un objetivo sin importar las consecuencias, los chicos como rehenes en una separación, entre otras cuestiones, a través de un relato pequeño pero que va creciendo con intensidad.
Todo ocurre prácticamente en una única locación, la casa, la cual se convierte en un personaje más y en el objeto de deseo por parte del protagonista. Su capricho por permanecer en aquel lugar va a generar una serie de conflictos que van a ir escalando en violencia verbal y traspaso de límites. Esto permite construir un ambiente opresivo, tenso, y donde cada acto que realiza Rodrigo se va volviendo cada vez más peligroso y abusivo; y el espectador se va a sentir incómodo, siempre de una forma buscada.
Juan Pablo Miranda hace un buen trabajo al ponerse en la piel de Rodrigo, un personaje con el que no es fácil empatizar por su forma de ser, sus actitudes y deseos, pero que fue construido con ese mismo objetivo: visibilizar ciertas prácticas desubicadas y que pueden formar parte de la guerra de parejas por un territorio o el deseo de aferrarse a viejas prácticas y objetos. María Jesús González, quien hace de su ex pareja, logra demostrar la falta de fuerzas en esta lucha y un espíritu de derrota, donde solo quiere lo mejor para su hijo y va cediendo ante las demandas.
La puesta en escena es bastante sencilla y por momentos presenta un aire teatral, tanto por el uso del espacio como por los diálogos de los protagonistas. De todas maneras, termina siendo funcional a la narración y aprovechan cada recoveco de la casa para contar la historia.
En síntesis, «La Taza Rota» nos ofrece un drama familiar interesante, el cual logra construir una atmósfera tensa y opresiva gracias a reducir la historia a una única locación y la intensidad con la que construyen al personaje principal. Una de esas tramas que genera incomodidad y desesperación porque cumple con lo que busca, movilizar al espectador y hacerlo reflexionar.
«La Taza Rota» forma parte de la categoría Familias del 23º BAFICI y se puede ver de forma online hasta el final del festival.
Puntaje:
Samantha Schuster