33° MDQ Film Fest: «Skate Kitchen» de Crystal Moselle (2018)

Dentro de la Competencia Internacional del Festival de Cine de Mar del Plata pudimos disfrutar de este coming of age muy intimista que se mete de lleno en una tribu urbana de skaters para mostrar el poder y el valor de la amistad.

La vida de Camille (Rachelle Vinberg), una adolescente de los suburbios, cambia repentinamente cuando conoce a un grupo de chicas skaters, que pasan el tiempo patinando como ella. Según se va adentrando en esta subcultura neoyorquina, empieza a entender el valor de la amistad y a conocerse a sí misma. Un interesante retrato de la adolescencia con sus conflictos y las inseguridades típicas de los jóvenes modernos. Moselle («The Wolfpack») utiliza a su favor ese estilo que se encuentra entre el registro documental y la ficción como el reflejo de haber usado skaters profesionales sin experiencia previa en actuación. El elenco se preparó dramáticamente tomando clases previo al rodaje, según contaba su protagonista en la conferencia de prensa.

El acercamiento es interesante y se nota en esa frescura producto de lo mencionado anteriormente. Resulta atractivo ver cómo este grupo de protagonistas lucha por hacerse un hueco en una disciplina dominada por los hombres y ese es otro de los aspectos aprovechado por el relato.

El guion es funcional a la trama y a sus intérpretes, cosa que le juega a favor a la directora a la hora de crear esa atmósfera de complicidad, seguridad e intimidad que mantienen las chicas y que trasciende la pantalla grande. El film intenta representar esa búsqueda de identidad, de pertenencia y de libertad que los adolescentes quieren alcanzar en ese momento en el que empiezan a sentirse oprimidos por sus padres. Todo esto también lo podemos ver reflejado en una pegadiza y acertada banda sonora que acompaña armónicamente a la estética visual que mantiene el largometraje con esos poéticos movimientos coreográficos que tienen las rutinas de skate.

«Skate Kitchen» busca profundizar en esa etapa de la vida llena de miedos y ansias por alcanzar los sueños y consigue otorgarnos uno de esos logrados films del estilo coming of age. Una película interesante por la tribu urbana particular que retrata pero que a su vez tiene las mismas cuestiones universales que el resto de los adolescentes. Por ahí resulta un poco más extensa de lo que debería ser pero todo eso se ve compensado en la propuesta innovadora de acercarse íntimamente al registro documental usando sujetos que representan aspectos literales de sus vidas.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Martín Goniondzki