Crítica de «La Vida de Chuck» de Mike Flanagan (2025)
Adaptación de una novela contada en cronología inversa desde el final hacia su inicio, «La vida de Chuck» es uno de esos relatos que inspiran a ver con otros ojos las dificultades que enfrentamos en nuestras vidas. El mismo emplea la narración a cargo de Nick Offerman («Parks and Rec») para homogeneizar episodios cuyas conexiones se terminan de esclarecer recién hacia el final de la cinta, recompensando al espectador paciente con uno de los mejores dramas del año.
El poster promete un Tom Hiddleston bailarín y la película comienza con una sociedad que siente que está viviendo el inevitable fin de los tiempos. Es el espectacular trabajo del director Mike Flanagan («Haunting of Hill House») el que se encarga no solo de construir un vago pero intrigante hilo conductor entre ambas, sino además de convertirla en otra de las grandes adaptaciones de Stephen King que se alejan de su habitual género de terror. Aunque por supuesto dice presente la cualidad sobrenatural típica del autor que acerca el film a una especie de realismo mágico, mismo nexo que aprovecha Flanagan para dejar pinceladas de su magistral construcción de suspenso.
Si bien gran parte de la labor estructural de la narrativa viene ya del relato original, Flanagan emplea su particular ingenio para inyectarle al film diálogos de ingeniosa profundidad. Aunque es innegable que el carisma de su excelente elenco hace mucho por brindarle un encanto más que necesario en este tipo de historias tan sentidas y emocionales. La primer historia está protagonizada por Chiwetel Ejiofor y Karen Gillan como una ex pareja que busca reconectar durante el fin del mundo, mientras que la última brilla gracias al increíble trabajo del joven Benjamin Pajak como un niño reconstruyendo su vida tras la muerte de sus padres y Mark Hamill en el papel de su duro pero entrañable abuelo. El relato que se encuentra en medio de ellos podría considerarse el más clave pero también el de menor escala, siendo además el único donde Hiddleston tiene considerable tiempo en pantalla. Aunque el marketing se concentre en su actor más popular, es indudable que esta película se sostiene en un elenco donde el protagonismo se lo lleva lo trascendental de una experiencia tan enfocada en el mundo de una sola persona que se vuelve emotivamente universal.
Con lo fragmentada que podría resultar la experiencia en manos más inexpertas, la labor de Flanagan resulta impresionante. No solo une todo de forma casi virtuosa con un centro dramático impactante, sino que en el camino consigue incluso plasmar algunos momentos de mucha potencia iconográfica.
«Life of Chuck» es una obra maestra por duplicado, nutriéndose de dos consagrados en sus respectivos medios. Si bien King es sinónimo de libros de terror, este es el primer trabajo de Flanagan en la gran pantalla en el que consigue explotar toda su habilidad narrativa mostrada hasta ahora más que nada en contenido para Netflix. Ojalá esto signifique un paso adelante definitivo para dejar atrás el streaming y empezar a regalarnos más de sus experiencias en la gran pantalla.
Puntaje: