«Cobra Kai» sigue pisando firme en su cuarta temporada

Para terminar el 2021 como lo empezamos, Netflix decidió estrenar el 31 de diciembre la cuarta temporada de «Cobra Kai», una de las series más queridas y populares de su plataforma, que apela a la nostalgia de «Karate Kid» para ofrecernos una historia más que divertida y emotiva.

Siguiendo los pasos de la tercera entrega, Johnny Lawrence (William Zabka) y Daniel LaRusso (Ralph Macchio) deben unir fuerzas para enfrentarse a Cobra Kai en el Torneo de Karate de All Valley, ya que se pone en juego no solo el honor sino la continuidad de los dojos. El que pierde no podrá seguir entrenando más a los chicos. Sin embargo, no será del todo fácil dejar de lado sus diferencias ni que los jóvenes lleguen ilesos para la competencia.

Al igual que sucedió en la temporada anterior, en este caso se deja bastante de lado el drama adolescente para centrarse entre la rivalidad entre los dojos y el intento de unión entre Johnny y Daniel para derrotar de una vez por todas a Cobra Kai. Esto es algo positivo, ya que la dinámica entre ambos protagonistas es uno de los puntos fuertes de la historia. Su rivalidad es graciosa de ver pero también nos ofrece ciertos mensajes reflexivos e interesantes, como la importancia del trabajo en equipo, la unidad, la diversidad de miradas, entre otras cuestiones. Si bien existen ciertas escenas o puntos de quiebre previsibles por la relación que tienen y sus rispideces, esto no deja de estar bien ejecutado. Además, existe un buen equilibrio entre las tramas de los adultos y los jóvenes, dándole lugar al desarrollo de gran parte del equipo.

Por otro lado, existe una profundización mayor de varios de los personajes principales del elenco juvenil: Sam (Mary Mouser) comienza a transitar un camino más oscuro, ya que toda su vida le enseñaron a defenderse pero siente que necesita ser más ofensiva para vivir sin miedo; al igual que Robbie (Tanner Buchanan), que sigue llevando a cuestas el dolor de la relación con su padre y la decepción de su vínculo con LaRusso y busca canalizarlo a través del karate; Miguel (Xolo Maridueña) intenta ahondar en sus orígenes mediante una relación más cercana con Danny, algo que pone celoso a Johnny; las consecuencias de los actos de Tory (Peyton List), un personaje que habían abordado bastante la temporada anterior y ahora lo muestran desde otro lado; Eli (Jacob Bertrand) que debe recuperar su identidad; y se le dio más lugar a Anthony LaRusso (Griffin Santopietro), quien había aparecido pocas veces y solo funcionaba como un comic relief, pero ahora a partir de la llegada de Kenny, un chico nuevo en la escuela víctima de bullying, tiene una importancia mayor.

También tenemos la incorporación de Terry Silver (Thomas Ian Griffith), un personaje tomado de «Karate Kid» que viene a complementar al villano de John Kreese (Martin Kove), que en esta oportunidad ya no ahondamos en su pasado pero sí podemos ver una especie de sensibilidad mayor respecto a otros momentos, dándole más matices y corriéndolo de la oscuridad absoluta. Silver es un antagonista de peso, que significa un peligro real para los protagonistas. Como ocurrió con varios personajes, escenas o comentarios, tampoco es necesario haber visto todas las películas para estar en tema, porque la serie se las ingenia para darnos esa información a través de flashbacks.

A pesar de ser la primera temporada realizada íntegramente por Netflix, no se nota ningún cambio sustancial dentro de la historia. Aunque seguramente presenta un presupuesto mucho mayor, la serie sigue manteniendo un estilo sobrio y medido en cuanto a sus secuencias de acción o escenografías, como tampoco se modificó la esencia de los personajes. 

Con una quinta temporada ya confirmada que esperamos ver pronto, «Cobra Kai» volvió a proporcionarnos 10 capítulos a pura diversión, entretenimiento y emoción, con personajes entrañables y llenos de matices con los que podemos empatizar fácilmente, villanos a la altura, una efectiva historia de rivalidad, buenas coreografías de pelea, un ritmo más que dinámico y mucha nostalgia de los ‘80.

Tráiler:

 

Samantha Schuster

 

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