Conferencia de prensa de Andy y Bárbara Muschietti
Ayer se estrenó «IT: Capítulo 2», la secuela de la exitosa película de terror que rompió todos los récords allá por 2017. Dirigida por Andy Muschietti y producida por su hermana Bárbara, la cinta se centra nuevamente en aquellos chicos que vivieron en Derry y que luego del enfrentamiento con Pennywise se separaron, siguiendo cada uno su propio camino. 27 años después, el payaso vuelve a atacar en el pequeño pueblo y los ya adultos deben regresar a su hogar para cumplir con la promesa que hicieron en su infancia.
En el marco de su estreno, Andy y Bárbara Muschietti viajaron hasta Argentina para realizar la premiere en su lugar de origen y brindaron una conferencia de prensa para ahondar más en la producción del film.
En primer lugar destacaron la importancia de hacer la premiere en Argentina. «Solamente habíamos visto reacciones del público americano en los testeos y son completamente distintas a la del público argentino, por cosas culturales. Nos reímos en momentos distintos, lloramos en momentos distintos. Fue fascinante», expresó Bárbara.
En cuanto al mayor desafío que tuvieron en términos de producción, Bárbara comentó que fue principalmente el calendario, tanto de los adultos como de los niños, que tal vez antes del primer film no eran tan conocidos y posteriormente se hicieron famosos y consiguieron mucho trabajo. Fue muy difícil juntarlos. Lo mismo ocurrió con el elenco de los adultos, porque tanto Jessica Chastain como James McAvoy tenían varios compromisos. «Como todo el mundo quería estar en la película lo logramos. La máquina fue la pasión por el proyecto».
«La complicación del elenco en la producción fue tener que filmar el tercer acto al principio», agregó Andy.
Uno de los puntos interesantes del film y que tenía que estar muy bien manejado era el traspaso de la niñez a la adultez de los personajes, y con ello el cambio de actores en el elenco. «Había una ansia de los adultos por crear la misma química que tenían los chicos, es una responsabilidad grande y se metieron y lo hicieron», comentó Bárbara.
Por su parte, Andy señaló: «Yo propicié que los actores adultos imitaran gestos y cosas del comportamiento de los niños en la primera película. Los alenté a que los observaran y que tomaran de los niños lo que quisieran, no impuse un porcentaje de mímesis. La performance de estos adultos tenía que estar balanceada entre los gestos que tenían cuando eran chicos, cuando la vida era un poco más inocente, y los personajes rotos y dañados que son hoy».
Con respecto a la duración del film, «el primer corte editorial era de 4 horas. Era un guion largo, de 160 páginas. En un momento de la preproducción dijimos ‘por qué no hacemos dos películas de la segunda parte’. Estábamos entre poder empezar a reducir y a achicar o escribir un poco más y hacer dos películas pero había que reestructurarlas para que sean dos piezas interesantes. Yo estaba abierto a las dos propuestas pero tiraba más para el lado de hacer dos films así poníamos todo lo que la historia necesitaba. Finalmente el estudio dijo que no porque faltaba un mes para filmar. Igualmente le dijimos que iba a ser una película larga y lo fue», aseguró Andy.
«Pero también tenía que tener ritmo. Salir con una película de 4 horas era ridículo, nadie se banca una película tan larga. La cortamos. La primera versión que le mostramos al público tenía 3 horas 25, estaba muy contento con eso. Después la seguimos refinando hasta llegar a 2 horas 45, que llegó a tener el ritmo perfecto. La historia no tiene, desde mi punto de vista, momentos donde la acción se bloquea o se corta, sino que agarra ritmo y después no para», agregó.
Esto también tuvo mucho que ver con llevar la historia desde el libro de Stephen King hasta la pantalla grande. «El desafío fue que Stephen King hizo un libro gigantesco. Es inmersivo, una experiencia que transmite el amor por los personajes, por los detalles y las descripciones, que logra hacerte cómplice y cautivarte no importa lo que te esté contando. Pero eso no quiere decir que todo sea esencial para la historia. El desafío fue encontrar los bits emocionales de este viaje. Tiene muchos personajes y todos tienen el mismo protagonismo. Hay cosas que en un libro no importan, como la tensión, las consecuencias, la propulsión. Cuando hacés una película todo tiene que estar mucho más entrelazado, los hechos tienen que llevar de una cosa a la otra, un obstáculo tiene que ser superado y la gente tiene que mantenerse enganchada, porque si lo filmás como el libro, la película puede ser un bodrio», finalizó Andy.
Samantha Schuster