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Crítica de «La empleada» de Paul Feig (2025)

Paul Feig, director de comedias irreverentes como «Damas en guerra» (2011), «Chicas armadas y peligrosas» (2013), «Spy» (2015) y la versión femenina de «Cazafantasmas» (2016), vuelve al thriller tras «Un pequeño favor» (2018) y su secuela, «Otro pequeño favor» (2025), con la adaptación cinematográfica de «La empleada» («The Housemaid» en su título original), el best seller escrito por Freida McFadden.

Tras el éxito arrollador de la novela de McFadden, y la pronta escritura de dos secuelas, era cuestión de tiempo para que el libro sea llevado a la pantalla grande. Solamente pasaron 3 años entre la publicación y la llegada de la versión cinematográfica de «La empleada». Paul Feig se puso al frente del proyecto y aquí nos toca ver el resultado de este thriller con toques de comedia negra que generaron más dudas que expectativas. No obstante, Feig se las ingenia para ofrecer un film entretenido, por momentos atrapante, gracias al compromiso de su trío protagónico.

La historia gira en torno a Millie (Sydney Sweeney), una joven que vive y duerme en su auto mientras intenta recomponer su vida consiguiendo un empleo estable. Su pasado problemático (actualmente en libertad condicional) la empujó a esa situación y la obliga a aceptar cualquier oportunidad laboral que le permita sobrevivir. Esa necesidad la lleva a presentarse a una entrevista para convertirse en asistente de tiempo completo en la imponente residencia de la familia Winchester. Nina (Amanda Seyfried) y Andrew (Brandon Sklenar) conforman un matrimonio joven, con una hija pequeña y una posición económica holgada. A primera vista, el puesto parece ideal para Millie: además de múltiples comodidades, incluye alojamiento dentro de la casa, lo que le permitiría dejar atrás su vida en el auto. Es por ello, que sin dudarlo decide aceptar la propuesta. Sin embargo, poco a poco la joven irá descubriendo que no todo es lo que parece y que sus empleadores ocultan secretos y conflictos que pondrán en peligro su precaria existencia.

El largometraje de Feig se inspira o busca asemejarse a los thrillers de fines de los ’80 y principios de los ’90 del estilo de «Atracción Fatal» (1987), «9 semanas y media» (1986) y «Bajos Instintos» (1992), donde se explotaba el capital erótico de sus estrellas y al mismo tiempo se intentaba contar una historia intrincada llena de giros sorprendentes y duelos de grandes proporciones entre los protagonistas. Si bien hay algunos momentos o revelaciones absurdas a lo largo de la película, la propuesta de Feig abraza (parcialmente) ese tono mordaz (al igual que en su anterior relato «Un pequeño favor») que la vincula con la comedia negra para hacer comentarios sobre la diferencia de clases, el poder, la violencia de género y tantos otros temas de actualidad.

Por momentos, el problema de la película es que se toma demasiado en serio a sí misma e intenta descartar ese absurdo que la hubiese favorecido aún más de lo que termina haciendo, pero igualmente el director se las ingenia para brindar un relato disfrutable con algunos detalles que la despegan de la oferta de este tipo de películas que más que nada fueron a parar a las plataformas de streaming. El film propone unos cambios de punto de vista, que favorecen el avance de la trama y sostienen el interés del espectador de principio a fin.

Cabe destacar las interpretaciones del trío protagónico, especialmente la de Seyfried quien compone a una mujer de un comportamiento cuasi psicótico que pone en jaque el «idílico» trabajo del personaje de Sweeney.

«La empleada» es un film disfrutable que no llega al nivel de sofisticación o incluso de osadía de los thrillers eróticos de los ‘80/90, pero aun así se las ingenia para darnos más de dos horas de un entretenimiento sin demasiadas pretensiones, ciertos momentos de violencia, tensión y horror muy inspirados y un triángulo amoroso con tres actores sumamente comprometidos con la tarea.

Puntaje:


 
 
 

Tráiler:

 
Martín Goniondzki

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