Crítica de «La Ira de Dios» de Sebastián Schindel (2022)

Uno de los directores argentinos más interesantes de los últimos tiempos, Sebastián Schindel, llega con su nueva obra a Netflix, luego de habernos entregado sólidos relatos como «El Patrón» (2013), «El Hijo» (2019) y «Crímenes de Familia» (2020).

En este caso se trata de «La Ira de Dios», una película que está basada en la novela «La muerte lenta de Luciana B» escrita por Guillermo Martínez en el 2007. La misma se centra en Luciana, una joven que tiempo atrás trabajó junto al escritor Kloster, ayudándolo a tipear su nuevo libro. Sin embargo, luego de un incidente que los termina separando, empezará a presenciar la muerte de distintos miembros de su familia. Ella está convencida de que Kloster se encuentra detrás de cada fallecimiento, aunque no exista ninguna prueba concreta de eso. Para probar su cordura y conseguir salvar a su pequeña hermana, se aliará con un ex escritor devenido en periodista para que cuente su historia antes de que sea demasiado tarde.

«La Ira de Dios» mantiene diversas líneas temporales que van y vienen entre el pasado y el presente de los personajes para tratar de entender qué es lo que sucedió. La transición resulta bastante natural y para nada confusa gracias a un logrado montaje. Como suelen hacer varias películas últimamente, el relato empieza casi por el final para luego volver al comienzo de todo y tratar de resolver las piezas del rompecabezas. Esto genera una gran expectativa y atracción desde el inicio.

A pesar de tener un clima de tensión casi constante, acompañado por una buena banda sonora, no logra lo mismo con el misterio. A medida que se van sucediendo las escenas, la historia se vuelve un tanto predecible, porque encontramos rápidamente un patrón, sabiendo qué es lo que le va a ir ocurriendo a los distintos personajes. También tenemos que tener en cuenta que esta es una de esas películas que no busca descubrir quién está detrás de los asesinatos, sino saber si una persona es culpable o no, moviéndose en un terreno ambiguo, donde no todo es lo que parece, y se duda constantemente de la visión de los protagonistas. En este caso no se sabe si la hipótesis de Luciana es real o si es producto de su imaginación y de las dolorosas situaciones que tuvo que atravesar. Esto se logra de una buena manera, llevando al espectador a pensar por sí mismo y a sacar sus propias conclusiones de lo ocurrido. De todas maneras, hacia su final no tenemos ninguna revelación demasiado impactante o sorpresiva.

Para hablar sobre las casualidades y causalidades, la suerte y el azar, la religión, la venganza, entre otras cuestiones, se recurre a algunos conceptos que se van repitiendo a lo largo del film, que sirven para acentuar un mensaje particular pero que también peca de sobreexplicar un poco lo que estamos viendo.

En el elenco nos encontramos con nombres reconocidos e importantes como Diego Peretti y Juan Minujín, en roles protagónicos, y la participación de Mónica Antonópulos y Guillermo Arengo, entre otros. A Macarena Achaga tal vez no se la tenga demasiado vista, pero es quien hace de la hija de Luis Miguel en la serie de Netflix. Acá nos encontramos con algunas actuaciones un tanto desparejas y acartonadas, donde pareciera que se recitan los diálogos de memoria más que se los estén interpretado. Por otro lado, no se ahonda profundamente en la vida pasada o presente de los personajes, sino que sabemos lo justo y necesario para entender sus motivaciones, pero tal vez hubiera estado bueno no quedarse solo en lo superficial.

En síntesis, «La Ira de Dios» es una película atrapante que impacta desde su primer momento pero que luego se va volviendo un poco predecible. Un thriller psicológico interesante con un logrado apartado técnico que se siente que su historia se podría haber explotado más si no se caía en algunos conceptos repetidos, actuaciones desparejas y una falta de profundización de los personajes.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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