CINE

Crítica de «La Trampa» de M. Night Shyamalan (2024)

Hay muchos directores de cine que dividen las aguas entre los espectadores. Probablemente M. Night Shyamalan sea uno de los integrantes de esta lista. A muchos nos conquista por tratar de ofrecer siempre una historia novedosa con giros impactantes, por más de que hace un tiempo tal vez no consiga emular esa magia que aportaban joyas como «Sexto Sentido» (1999), «Señales» (2002) o «Split» (2016). Y otros tantos se encuentran de la vereda de enfrente justamente porque, por un lado, sienten que el director solo busca un golpe efectista y, por el otro, últimamente tampoco lo está alcanzando, por lo que sus films no son del todo satisfactorios.

Particularmente siempre espero la nueva película de M. Night Shyamalan para ver con qué nos puede sorprender y sino al menos disfrutar de su intento creativo. Esta semana se estrenó «La Trampa» («Trap», en su título original), una película que sigue a Connor (Josh Harnett), un padre muy dedicado que acompaña a su hija (Ariel Donoghue) al concierto de su artista favorita, Lady Raven, (Saleka, hija del director). Sin embargo, rápidamente se darán cuenta de que tal vez detrás de este popular recital se esconde un objetivo mucho más oscuro y siniestro del cual será difícil escapar.

«La Trampa» podría dividirse en dos momentos. Uno que tiene como locación principal al estadio en el que se desarrolla el concierto. En un contexto distendido y divertido, poco a poco nos vamos enterando más detalles de la vida del personaje principal, Connor, que se contraponen con la bondad y dedicación por su hija que vemos desde el comienzo, pero gracias a la habilidad y astucia que tiene Shyamalan para contar esta primera parte de la historia desde su punto de vista, hace que podamos empatizar con una persona con la que habitualmente no lo haríamos. Tal identificación va a hacer que queramos que el protagonista se salga con la suya.

En el medio tendremos un clima de bastante tensión a medida que Connor trata de buscar la manera de salir de aquel lugar en el cual está atrapado sin levantar ninguna sospecha, ni de parte de su hija ni de los agentes policiales que rodean el estadio. Las resoluciones son bastante creativas, aunque algunas también un poco inverosímiles, haciendo que los personajes secundarios se comporten de una manera diferente a lo que harían en la vida real (revelando información sustancial a un desconocido, por ejemplo). Y tal vez podríamos haber tenido algunas escenas un poco más impactantes y ambiciosas que muestren la verdadera esencia del protagonista, pero de todas maneras esta primera etapa es bastante sólida, atrapante e interesante porque el espectador va a querer saber cómo va a lograr su objetivo.

El segundo momento del film sucede fuera del estadio, donde no solo cambiamos la locación principal, que generaba esa sensación de encierro y falta de escapatoria, sino también el punto de vista principal. Ahora es Lady Raven quien va a llevar las riendas de la trama y nos va a poner de su lado. En esta parte vamos a tener algunas soluciones aún menos creíbles, donde es muy difícil que el protagonista se salga con la suya, pero será cuestión del público valorar más la realidad o la seguidilla de giros que nos propone el director.

En ciertos instantes parecía que la historia se iba a volver bastante predecible, pero por suerte Shyamalan consigue sortear la lógica para ofrecernos algo diferente, como también se agradece que no intente explicar toda la trama a través de los diálogos sino que haya muchas partes donde se sugiere más de lo que se verbaliza (que hoy por hoy es un problema bastante latente en el cine hollywoodense).

Josh Harnett se encuentra muy bien en su papel, logrando crear esa sensación que mencionábamos anteriormente de poder empatizar con una persona con la que habitualmente no lo haríamos. Es un actor que puede combinar la ternura, dedicación y amor por su hija, con la ambición, el narcisismo y la falta de tacto de su lado más oscuro.

Si bien «La Trampa» no se encuentra dentro de las mejores películas de M. Night Shyamalan, el director indio se las sigue ingeniando para ofrecernos historias novedosas, atrapantes y llenas de giros que pueden sorprender o impactar más o menos al público, pero en estos tiempos de tanto reboot, remake y secuelas es algo que suma. «La Trampa» es un thriller que se favorece por su dualidad de puntos de vista como también por el uso de una locación que genera una sensación de encierro y tensión y la elección de un actor protagonista que consigue transmitir las mejores y peores cualidades humanas al mismo tiempo.

Puntaje:

 
 
 

Tráiler:

Samantha Schuster

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