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Crítica de «Tipos de Gentileza» de Yorgos Lanthimos (2024)

Yorgos Lanthimos no descansa. Desde que comenzó con su etapa angloparlante con «La Langosta» (2015), cada vez se lo ve más ocupado en trabajos audiovisuales nuevos, donde da rienda suelta a su habitual ironía, a sus fábulas morales mordaces y principalmente a lo absurdo hecho carne en personajes excéntricos que sirven como modelos ejemplificadores del comportamiento humano que más le interesa retratar. Todo esto creando universos (algunos de estos surrealistas, otros más parecidos al nuestro) maravillosos donde puede explotar su delicado sentido de la estética y varias características que a esta altura se convirtieron en marcas autorales relacionadas con su forma de narrar visualmente.

«Tipos de Gentileza» es su quinto largometraje en inglés, en esta oportunidad estamos ante una antología compuesta por tres historias diferentes que tienen una pequeña conexión que las vincula de algún modo. La primera titulada «La Muerte de R.M.F.» («The Death of R.M.F.»), nos relata los intentos de Robert Fletcher (Jesse Plemons) de escapar del sometimiento de su jefe Raymond (Willem Dafoe) quien parece controlar prácticamente todos los aspectos de su vida. La segunda historia lleva el nombre de «R.M.F. Está Volando» («R.M.F. Is Flying») y se centra en un policía llamado Daniel (nuevamente Plemons) que está preocupado por la desaparición de su esposa (Emma Stone) en el mar. Un día la mujer es rescatada y vuelve a su vida cotidiana, pero por alguna extraña razón, Daniel tiene el presentimiento de que la mujer que volvió no es su esposa. Finalmente, la tercera historia, «R.M.F. Come un Sándwich» («R.M.F. Eats a Sandwich»), pone el foco en Emily (Stone) y Andrew (Plemons), dos miembros de una extraña secta que están buscando a una mujer con determinadas características que podría tener un gran poder y convertirse en una especie de «mesías» del clan, el cual está liderado por Omi (Dafoe) y Aka (Hong Chau).

Esta fábula en forma de tríptico que propone Lanthimos tiene ese aspecto muy inherente a las películas antológicas que está relacionado con la segmentación de cada relato. Casi siempre este formato hace que las historias sean desparejas y puede ser que no todas sean convincentes o que algunas resulten más simples que otras. En este caso, el segundo segmento del lote es probablemente el más flojo de los tres, aunque genera algunos de los climas y secuencias más memorables del film.

Lo cierto es que este nuevo opus de Lanthimos, coescrito junto a Efthymis Filippou, quien ya había trabajado con él en la escritura de «Comillo» (2009), «Alps» (2011), «La Langosta» y «El Sacrificio del Ciervo Sagrado» (2017), representa uno de los largometrajes más extraños y salvajes desde aquel mencionado de 2017 protagonizado por Colin Farrell y Nicole Kidman. Se hacen presentes temáticas, algunas habituales dentro de la filmografía del griego y otras que se suman, tales como la identidad, la misantropía del ser humano, las relaciones de poder en el ámbito laboral, los privilegios de las clases acaudaladas y su aire de superioridad, la sensación de impunidad de la gente con poder, la paranoia y la idea de seguir ciegamente a una figura religiosa sin cuestionamientos buscando la salvación milagrosa en el mundo moderno.

Como es de esperar, las piezas audiovisuales se desenvuelven en un tono de comedia negra, donde se da lugar a situaciones absurdas (incluso con tintes surrealistas) para componer retratos más o menos fehacientes del comportamiento de las personas en la modernidad. Yorgos sabe cómo llevar esto al extremo encapsulando dichos tropos en estas fábulas repletas de locura, desenfreno, muerte, crueldad y delirio absoluto.

Más allá de que los segmentos están bien delimitados, y que están atractivamente conectados con un pequeño elemento conductor (la figura de R.M.F), todos mantienen las características de los personajes y mundos de Yorgos. A este fin, ayuda que siempre los intérpretes sean los mismos, destacándose principalmente Jesse Plemons que hace un trabajo maravilloso en los 3 relatos (el actor se quedó con el premio a Mejor Actor en el Festival de Cannes de este año) y también Dafoe y Stone. Por otro lado, que la música de Jerskin Fendrix («Pobres Criaturas») mantenga el mismo leit motiv y sus variaciones durante las distintas ficciones, también ayuda a que se logren amalgamar dichos segmentos.

«Tipos de Gentileza» es otro interesante capítulo en la filmografía de Yorgos Lanthimos. Más allá de que pueda ser una película despareja sigue conteniendo la ferocidad y la astucia de los momentos más destacados de su carrera. Incluso resulta sorprendente que vuelva a sus notas más fuertes desde «El Sacrificio del Ciervo Sagrado» aunque dejando de lado, o al menos minimizando, su regodeo esteta a nivel visual (algo que a mí particularmente me atrae, pero entiendo que a cierto sector del público y la crítica le pueda resultar exagerado). Lanthimos podrá crear un enorme abanico de emociones con este film, lo que sí podemos asegurar es que no dejará indiferente a ningún espectador.

Puntaje:


 
 
 
Tráiler:

Martín Goniondzki

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