Crítica de «RRR» de S.S. Rajamouli (2022)

Bollywood tiene una historia muy rica y particular en cuanto a su cinematografía tan ecléctica como personal. De la mano de Netflix y los servicios de streaming (que tienen tanto sus ventajas como sus fallas) se da un paso hacia la masificación del contenido de varias latitudes, poniendo al alcance de los usuarios cualquier producción de otras partes del mundo. Así como «El Juego del Calamar» fue un éxito absoluto que puso a la televisión coreana (no así el cine que es otro caso distinto y que viene pisando fuerte hace varias décadas) en el mapa, ahora pasa algo similar con «RRR» que, si bien el cine hindú no nos es ajeno, sí representa un mercado cinematográfico con varias particularidades, reglas intrínsecas y códigos visuales y estéticos que lo hacen bastante diferente al cine occidental.

Obviamente, esto no tiene nada de malo, justamente hace que el cine de la India sea claramente reconocible y tenga rasgos distintivos. Pero sí hace que los espectadores ocasionales o no tan interiorizados con el cine de Bollywood, puedan sentirse abrumados o desorientados con ese tipo de cine.

S.S. Rajamouli, director de «Bahubali» y «Eega», viene un poco a tirar esas barreras con su más reciente trabajo que fue un éxito en la plataforma de la N roja, a lo largo y ancho del globo, con récords de visualizaciones en varios países. Es por ello, que también hubo cierto reconocimiento general de la industria cinematográfica al film, llegando a obtener dos premios en los Critics’ Choice Award como Mejor Película Extranjera y Mejor Canción Original (en esta categoría también ganó un Golden Globe).

El largometraje se sitúa en India, en los años ’20, la cual se encontraba bajo el dominio británico. Luego de que el Imperio Inglés secuestra a una niña perteneciente a una tribu marginada, Bheem (N.T Rama Rao Jr.) viajará a Delhi para su rescate. No obstante, en su travesía se cruzará con Rama Raju (Ram Charan), un oficial indio que trabaja con los ingleses que tiene como misión perseguirlo y encarcelarlo.

«RRR» resulta una gran puerta de entrada al cine de Bollywood, ya que demuestra ser una superproducción con todas las cuestiones y que transmite un claro ejemplo de qué se puede esperar del cine indio. Por un lado, tenemos una historia épica de aventuras, con espectaculares y bombásticas escenas de acción, momentos profundamente dramáticos, historias de amor e incluso varios momentos de humor, sumado a los habituales números musicales que podemos encontrar en el medio y al final del film. El verosímil que maneja la película probablemente genere desconcierto en más de un espectador e incluso rechazo, al igual que las canciones y ciertos pasajes de acción, pero siendo realistas hay cosas que no están muy lejanas a lo que se ha convertido, a modo de poner un ejemplo de Hollywood, la saga de «Rápido y Furioso».

Pero así como algunos pueden sentirse abrumados o avasallados por ese tipo de registro y esos códigos cinematográficos propios de Bollywood, también puede verse igualmente seducido por los mismos, por un diseño de producción majestuoso, una puesta en escena impresionante, una paleta de colores y una banda sonoro muy selecta y distintiva, y una historia bastante universal con la cual uno puede sentirse identificado.

Creo que si habría que resumir a «RRR» en una sola palabra sería gigantesca la que mejor resumiría su espíritu, ya que su escala es enorme, está repleta de secuencias de acción más y más grandes a medida que avanza la trama y no le da respiro al espectador durante sus 3 horas y 5 minutos de duración. Podrá ser exagerada y sobrecargada de momentos que nos pueden parecer hasta irrisorios, pero además de ser parte del tipo de registro que manejan como bien decíamos, también está llena de ideas en todos sus aspectos técnicos y narrativos que la convierten en una película sumamente disfrutable y en una de las grandes experiencias cinematográficas del 2022.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Martín Goniondzki

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