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Crítica de «Sonríe 2» de Parker Finn (2024)

«Sonríe» (2022), «Smile» en su título original, fue un éxito arrollador, recaudando aproximadamente 220 millones de dólares a nivel global, habiendo costado tan solo 17 millones. Era de esperar que la secuela se anuncie relativamente pronto, teniendo en cuenta que, además, el film tuvo buena recepción por parte de la crítica. Si bien el film caía en ciertos lugares bastante recorridos por el género, la historia tenía un punto de partida original, que asimismo le permitía ir construyendo los cimientos de una mitología alrededor de la entidad maligna que se presenta en la cinta.

La dinámica del relato servía como una suerte de mezcla de «Te Sigue» («It Follows», 2014) de David Robert Mitchell con esa cuestión de ir pasando la maldición de una persona por algún método (en la de Mitchell era por medio del sexo, aquí mediante la violencia brutal), «Destino Final» («Final Destination», 2000) de James Wong, tomando la temática de la imposibilidad de cambiar las fuerzas del destino y «El Círculo» («Ringu», 1998) de Hideo Nakata tomando no solo la cuestión del traspaso que planteaba la primera película mencionada, sino las reglas establecidas del lapso de tiempo antes de morir, y esa criatura espeluznante digna de las películas de J-Horror.

En esta oportunidad, «Sonríe 2» busca redoblar la apuesta (como suelen hacer todas las secuelas), y si bien sigue la misma estructura que su predecesora, de alguna forma consigue convencer e incluso superar ampliamente esa primera entrega por medio de una estilizada y mucho más elaborada puesta en escena, un excelente protagónico que recae en Naomi Scott y varios momentos logrados que apelan a la pura imaginación que permite este universo creado por el propio Parker Finn.

Se nota que el director pudo contar con mayor presupuesto desde el comienzo de la película, donde vemos un «cold opening» (realizado íntegramente en plano secuencia) que nos sumerge directamente en la narración, retomando la historia prácticamente donde dejó la primera parte, siguiendo al único sobreviviente de los eventos anteriores, el policía y ex novio de Rose Cotter (Sosie Bacon), Joel (Kyle Gallner). Vemos a Joel totalmente desesperado tratando de pasarle la maldición a unos delincuentes y fallando estrepitosamente, dando como resultado que todo desemboque en la protagonista de turno, la atribulada estrella del pop mundial Skye Riley (Naomi Scott). Tras un periodo tormentoso con varios problemas de adicciones, la cantante busca embarcarse en una nueva gira mundial. Como es de esperar, nada será sencillo y Skye empezará a experimentar una serie de acontecimientos sumamente perturbadores.

Parker Finn consigue construir un relato atrapante y perturbador, repitiendo algunas fórmulas del primer largometraje, y por momentos abusando del jumpscare, pero también a fuerza de alcanzar algunas secuencias logradas y sorprendentes que incomodan al espectador y lo sumergen en una atmósfera opresiva y cargada de tensión. Igualmente, esta película no llegaría a buen puerto si no fuera por el tremendo compromiso de Naomi Scott que realmente abraza el papel de «scream queen» componiendo a esta consternada cantante que es explotada por su familia, al mismo tiempo que lucha, no solo contra la entidad maligna, sino también contra sus propios demonios (adicciones, sentimientos de culpa, etc.). Como dato de color, la actriz también es cantante y las canciones que aparecen en el film son entonadas por ella misma.

«Sonríe 2» es una sólida y dignísima secuela que amplía lo visto en el relato primigenio al mismo tiempo en que eleva la vara en cuanto a puesta en escena e interpretación. Un relato entretenido que podrá no ser realmente novedoso, pero sí consigue mantener el interés del espectador mediante ciertos recursos logrados. En apariencia, queda todo servido para una tercera parte, que si bien se veía venir, podría llegar a ser muy ambiciosa.

Puntaje:


 
 
 
Tráiler:

Martín Goniondzki

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