CINE

Crítica de «#tesigo» de Eric Lartigau (2019)

Hoy llega la cinta francesa «#tesigo» («#jesuislà» – 2019) a la plataforma Cining de la mano de Cinemark-Hoyts. La comedia es el último trabajo de Eric Lartigau. Relata las aventuras de un prestigioso chef francés que abandona su tranquila vida para ir a visitar Seúl. El motivo es conocer a Soo, una misteriosa dama coreana de la que se enamoró a través de Instagram. Este contexto funciona como detonante para una buena cantidad de situaciones cómicas y un cambio radical en la forma de ver la vida del protagonista.

Lartigau no es ningún inexperto en la materia. Desde los inicios de su carrera como cineasta se desarrolla en el campo de la comedia. Su carrera comprende comedias policiacas, como «Mais qui a tué Pamela Rose?» (2003); Comedias sci-fi como «Un ticket pour l’espace» (2006); comedias románticas como «Prête-moi ta main» (2006); comedias picarescas como «Les infidèles» (2012); y comedias dramáticas como «La Famille Bélier» (2014). En esta ocasión siguió por el lado del drama familiar, encarándolo desde el punto de vista del padre: un hombre solitario que dedicó su vida completa al trabajo, perdiendo la oportunidad de pasar tiempo con su familia.

Ahora sí, es momento de hablar de la película. Se siente muy bien que el director logre pasarse el 70 por ciento de la película en un solo lugar y no resulte agotador o repetitivo. Claro está que es una locación que le brinda múltiples escenarios y actividades posibles, pero aún así resulta un acierto en el desarrollo. Muchos interpretan al film como una gran publicidad del aeropuerto de Seúl, dejando de lado el resto del contenido. No es erróneo afirmar que funciona como anuncio, aunque no hay certezas de que dicho lugar haya participado de la producción. De todos modos, se lo puede considerar más como una decisión estética o argumental antes de ser mero material de relleno para encarar una publicidad de hora y media.

Hay varias críticas que pueden desprenderse del visionado de la obra. Por un lado, hace un meaculpa sobre aquellas personas que viven de y para su trabajo, relegando todo lo demás. En segunda instancia se centra en los cuidados que hay que tener con las redes sociales y los problemas que pueden ocasionar, así como también la falsa realidad que generan en sus consumidores. Uno puede creer cosas sin ninguna certeza o aparentar sociabilidad donde solo hay soledad. Entre líneas, propone un uso cuidadoso y bajo entendimiento de los amplios horizontes que alcanzan las redes. Por último, a nivel muy personal, esboza la idea de que todos necesitamos una motivación para cambiar de rumbo, para reconciliarnos con nuestro pasado o para simplemente seguir adelante. Así como también expone la importancia de ser empático con lo que las otras personas desean, quieren, o necesitan. Como ya hicimos mención anteriormente, el verdadero foco de esta agridulce historia, se encuentra en el impacto de todo lo que sucede en el protagonista y su posterior desenlace.

Técnicamente es correcta y tiene algunas transiciones interesantes. No deslumbra en ningún aspecto, pero es lo suficientemente agradable como para pasar un momento ameno y disfrutar de una historia un tanto distinta a lo que estamos acostumbrados a ver. Sin dudas, el trabajo de Alain Chabat intentando comunicarse con coreanos y descubriendo su cultura a los golpes son lo que se necesita para hacer de esta obra una buena película.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Javier Franco

 

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