Crítica de «Una tumba para tres» de Mariano Cattaneo (2020)

Víctor, Juan, y Manuel, tres matones de poca monta que trabajan para Roselli, un mafioso local, son enviados a encontrar al artífice de un robo que escapó con el botín. La tarea parece bastante sencilla, pero se encuentran con un giro en los planes, causado por un violento y fatal error suyo. Ahora, con Roselli respirándoles en el cuello y sus intentos por remediar lo irremediable, causan un desmadre con excéntricos y violentos personajes que se cruzan en la que fuese la guarida de su objetivo inicial, sumado a la avaricia por un dinero caliente, drogas experimentales y tiroteos, que se convertirán en una tumba para tres.

Este largometraje logra constituirse como una obra entretenida y divertida, que combina con astucia momentos de gran violencia con acciones bizarras que no desentonan en la diégesis de este universo. Escrita por Nicanor Loreti y Mariano Cattaneo, uno de los aspectos más fuertes es sin duda el guion, planteado como una historia aparentemente simple y directa, pero con la lógica de una bola de nieve que, a base de sorpresas y problemas, se torna cada vez más grande (¿e imparable?).

Sus personajes encajan a la perfección con cada uno de sus arquetipos, y además, están interpretados por excelentes y reconocidos actores, siendo los momentos de Gerardo Romano y Mónica Villa, los mayores exponentes en este último sentido. En tanto los protagonistas, son esencialmente tres que entre choques de personalidades, logran desde la acción y el diálogo, una química e interacción perfecta, ingeniosa y disfrutable.

El film está logrado desde una implementación técnica audaz y correcta desde todos sus recursos, además se incorporan a la historia diálogos que comprenden un guiño humorístico y efectivo para el espectador, que huelga decir, no solo logran una mueca alegre en el mismo, sino que hasta son necesarios para descomprimir momentos de máxima tensión.

Con algunas reminiscencias al cine de Quentin Tarantino, o más cercanos en el mapa: Nicanor Loreti, Daniel de la Vega o Demián Rugna, en la película no se vacila con resolver grandes y pequeños conflictos a los tiros, con sangre, acción, drogas y líneas de diálogo donde pareciera haber sido mejor callarse la boca.

Una propuesta dinámica y versátil, que logra marchar sobre la delgada línea del absurdo con éxito. Una historia totalmente impredecible, repleta de ganchos que funcionan correctamente para retener la atención e interés. Un resultado, en balances generales, claramente positivo.

Puntaje: 

 

 

Trailer:

 

Sergio Araujo

 

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