Crítica de «The Fallout» de Megan Park (2022)

Existen muchas películas y series que durante los últimos años han abordado el tema de las masacres escolares, ya sea desde el punto de vista del victimario y por qué llegó a tomar esa decisión extrema, como también desde la mirada de las víctimas o sus familiares. En este contexto, nos encontramos con «The Fallout», estrenada recientemente en HBO Max luego de haber pasado por distintos festivales.

La ópera prima de la directora canadiense Megan Park se centra en Vada (Jenna Ortega), una adolescente que tiene una vida común y corriente hasta que un hecho cambia su vida por completo. Luego de que un joven cometa un atentado en su escuela, tanto ella como el resto de sus compañeros sufrirán distintas consecuencias y deberán aprender a seguir adelante aunque sea muy difícil. Esta experiencia transformará su relación con sus amigos y su familia, como también la manera de ver el mundo.

A diferencia de otras producciones de este estilo, «The Fallout» no busca ahondar en el dolor, la depresión, el abuso de sustancias, la pérdida de la inocencia y el crecimiento abrupto de forma espectacular o mostrando detalles escabrosos y crudos, sino que se beneficia de la sutileza y simpleza para contar la historia, como también de la cámara que sigue a la protagonista y al mundo que la rodea. Los momentos más dolorosos del film no se muestran en pantalla, sino que sucede todo fuera de campo y solo podemos ver las reacciones de los actores y escuchar lo que pasa mediante el sonido. No cae en impactos innecesarios ni amarillismo, sino que intenta mostrar las consecuencias de transitar una tragedia a temprana edad (y de manera colateral) y las secuelas que pueden sostenerse a través del tiempo.

Vada es interpretada por Jenna Ortega, a quien habíamos visto previamente en la segunda temporada de «You» y más recientemente en «Scream», y que ya nos había demostrado su talento actoral para componer personajes maduros. En este caso, realiza una gran labor para plasmar sus sentimientos (y la dificultad para expresarlos en ciertos momentos), ahondando en un registro mucho más dramático, oscuro y contenido.

A pesar de que nos centramos la mayor parte del tiempo en ella, también podemos ver las distintas reacciones del resto de las personas que transitaron por la misma situación: aquellos que se involucran con temas sociales/políticos para generar algún tipo de cambio, los que se deprimen y no pueden expresar sus sentimientos, los que buscan en el alcohol un escaparate, entre otros.

Su final abierto nos llena de tristeza y desesperanza, aunque resulta atinado y efectivo para el mensaje que quiere dar la directora. Pero no solo se queda ahí, sino que esa sensación nos va acompañar tiempo después, permitiéndonos reflexionar y ponernos en el lugar de los personajes.

En síntesis, «The Fallout» es un relato efectivo que busca contar una historia ya abordada en varias oportunidades pero desde una mirada mucho más sutil, contenida y dramática, donde se centran en las consecuencias de una tragedia en la vida de una adolescente. Estas buenas decisiones de la directora, sumado a una gran interpretación de su protagonista nos ofrece una película que nos interpela, no solo porque ahonda en un tema universal, sino porque además hace que nos importen los personajes y lo que les pasa.

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Samantha Schuster