CINE

Crítica de «Un viaje extraordinario» de James Marsh (2018)

Donald Crowhurst (1938-1969) fue muchas cosas, pero esencialmente fue un loco y un aventurero. El y sus peripecias son la materia prima de la  historia que retrata el film «The Mercy», conocida en Latinoamerica como «Un Viaje Extraordinario».

Dirigida por James Marsh, director de «La Teoría del Todo» y ganador en el 2008 del Oscar al documental largo y mejor película en el 2015, «Un Viaje Extraordinario es una biopic de este veterano de la Real Fuerza Aérea Británica y también navegante de velerismo aficionado, que un día de 1968 decidió embarcarse en un desafío único por aquellos tiempos: Competir en el Sunday Times Golden Globe Race, una carrera de yates que consiste en circunnavegar alrededor del mundo.

La película tiene un guion de Scott Z. Burns, que no supo ahondar en las muchas aristas psicológicas de un personaje rico en matices. Sin embargo, la interpretación del actor protagonista, Colin Firth, la metamorfosis física y mental a la que lleva a su papel, se convierte en el mejor acierto de la cinta y también en un poderoso recurso narrativo para relatar la historia y conmover.

El film está protagonizado por Colin Firth, Rachel Weisz, David Thewlis y Ken Stott. Por su parte, la música del compositor islandés Jóhann Jóhannsson, acompaña al film acentuando el dramatismo y la cuota de misterio que la circundan.

Donald, dueño de una pequeña empresa de venta de productos electrónicos para la navegación, al verse al borde de la bancarrota, en un gesto desesperado, se anota en tremendo desafío a la voz de: “Los sueños son la semilla de la acción”. Con esa fe se larga a la aventura, aunque zarpar era un viaje de ida porque el mar no tiene piedad. Apenas partió vio problemas que le predecían el fracaso seguro y lo anuncia en voz alta: “Si continúo, mis probabilidades de sobrevivir son cincuenta/cincuenta, si regreso, me enfrento a la ruina. No puedo continuar y no puedo regresar a casa”. Y mintió, mintió dando ubicaciones donde él y su embarcación no estaban y ése fue su pasaje a la locura. Sin embargo, el mensaje con sabor a mar se resume en la voz del aventurero: La vida debe vivirse, la pregunta es: ¿Qué podemos hacer para darle un sentido? El misterio que conmovió al mundo está entre las olas y sigue sin descubrirse.

Puntaje:

Tráiler:

 

Mónica Beatriz Gervasoni

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *