Crítica de «Val» de Ting Poo y Leo Scott (2021)
Amazon Prime Video estrenó la semana pasada un documental sobre la excéntrica figura de Val Kilmer, una estrella que supo brillar en el cine mainstream durante las décadas de los ’80 y los ’90. Tras haberse recuperado recientemente de un cáncer de garganta, su profesión se vio comprometida al haber perdido la voz por los tratamientos que derivaron en una traqueotomía.
Este sentido retrato del actor, muestra cómo alcanzó la fama de manera meteórica a temprana edad y cómo su vida personal resultó ser bastante menos glamorosa que su carrera. Lo más atractivo del largometraje es que Val registró varias décadas de su vida a través de grabaciones caseras con cámaras de video, donde hay detrás de escenas de su paso por películas conocidas como «Batman Forever», «Top Gun», «Top Secret», «Tombstone», «Willow», «The Doors», «Heat» y «The Island of Dr. Moreau», entre otras.
El documental es narrado por su hijo Jack y cuenta cómo el actor vivió rodeado de sus afectos desde chico y cómo junto a sus dos hermanos fue desarrollando un gusto por la actuación y por filmar cortometrajes de forma casera. El joven Val fue influenciado por su hermano Wesley, aspirante a director con mucha inventiva e imaginación que lamentablemente falleció a los 15 años y dejó un profundo vacío tanto en él como en sus padres. Sin embargo, Val siguió persiguiendo su sueño de convertirse en actor y lo lograría de forma bastante acelerada, luego de ser admitido en Julliard a los 17 años siendo la persona más joven en entrar allí hasta ese momento. Todo pareció ser bastante rápido y no le dio mucho tiempo para reflexionar al joven artista, ya que las oportunidades comenzaron a tocar su puerta, y se le fue abriendo un camino hacia el cine hollywoodense, más que al mundo de las tablas que le llamaba más la atención.
El actor había llegado a participar de una obra en el off Broadway donde iba a ser el protagonista, pero terminó relegado a un papel secundario por la participación de Kevin Bacon y Sean Penn que ya estaban mejor posicionados en la industria que él. Estas cuestiones lo llevarían a tener una sana competencia con ellos y con otros actores de su generación como Tom Cruise, con quien compartiría pantalla en «Top Gun» (1986), sosteniendo que más allá de la confrontación en la película y los grupos de amigos separados que se formaron en rodaje, lo respeta y lo considera un amigo.
Su carrera en cine comenzó con «Top Secret!» (1984), la parodia de Jim Abrahms y los hermanos Zucker que lo catapultaron a la fama inmediatamente. Si bien Kilmer no reniega de su carrera y del éxito que tuvo, sí consideraba que las películas con las que arrancó no eran lo que realmente quería hacer. Él quería aspirar a ser Marlon Brando (con quien coincidió en la fallida adaptación de «La Isla del Dr. Moreau»), y tener papeles importantes algo que realmente no consiguió del todo en su carrera pero que sintió que comenzó a cambiar tras su oportunidad de interpretar a Jim Morrison en «The Doors» (1991) de Oliver Stone.
Tras el éxito de «Tombstone» (1993) y el fracaso de la ahora película de culto «True Romance» (1993), Val tuvo la llamada desesperada de su agente mientras el se encontraba de viaje por África, para ser el nuevo Batman, algo que le permitió ser aún más famoso pero que como experiencia no le convenció del todo ya que el traje prácticamente no lo dejaba actuar.
Lamentablemente, Kilmer no pudo gozar de la misma «suerte» que sus colegas durante las ultimas décadas, e incluso se lo empezó a tildar de actor problemático en algunos medios, algo que desmintieron algunos de sus colegas pero que igualmente lo alejaron de cierto foco de popularidad. Por otro lado, comenzó a tener algunas deudas que lo obligaron a tomar ciertas decisiones artísticas que no eran de su agrado pero que igualmente lo seguían manteniendo activo como intérprete.
El documental se desarrolla con una narrativa bastante tradicional, acompañada por la locución de su hijo que representa sus propias palabras en un viaje bastante introspectivo y representativo de la propia concepción de Val sobre sí mismo. Quizás lo más interesante de la experiencia sea ese acceso al material rodado durante años por el propio Val, que igualmente no es aprovechado del todo como sí pasó en el caso del músico Frank Zappa que tuvo su propio documental el año pasado, titulado «Zappa» (2020), y donde también había registrado gran parte de su vida con grabaciones propias y un material de archivo mayor.
Aun así, este viaje personal resulta bastante atractivo como para merecer su visionado en el que se mezclan la vida privada donde abundan las anécdotas relacionadas a su familia, las deudas, los divorcios, algunas ideas comerciales que no llegaron a buen puerto y un estilo de vida que se nota bastante austero. Un actor que a pesar de no ser tan talentoso como los referentes que enuncia, tampoco se entiende cómo fue tan marginado en los últimos años previos al público conocimiento de su precario estado de salud.
Por momentos, resulta bastante duro ver la actualidad del actor, yendo a convenciones y firmando autógrafos para poder subsistir, y teniendo que aguantar pese a su débil estado físico. Aun así, el reconocimiento de sus fans y su perseverancia para seguir activo de alguna forma hacen que se evite caer en profundos golpes bajos.
«Val» es un documental interesante más allá de sus aciertos y fallas, un film que busca desentrañar la enigmática figura de la persona detrás del artista y su manera de sobreponerse a varios golpes que le dio la vida. Un film sincero y emotivo que busca darle la palabra a Val Kilmer después de varios años de silencio.
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Martín Goniondzki