Crítica de «Y mañana el mundo entero» de Julia von Heinz (2020)

Luego de su paso por el Festival de Venecia, llegó a Netflix «Y mañana el mundo entero», película dirigida por la realizadora berlinesa Julia von Heinz, que busca poner sobre el tapete algunos interrogantes de la actualidad política mundial.

«Y mañana el mundo» entero se centra en Luisa, una joven de 20 años que proviene de una familia acomodada. Es estudiante de Derecho y busca involucrarse políticamente para que las cosas cambien en Alemania. Es así como gracias a su amiga de la escuela Batte se une a P81, una agrupación de izquierda que intenta frenar el auge de la extrema derecha en el país a través de la interrupción de sus actos con pancartas y cantos. Sin embargo, poco a poco comienzan a preguntarse hasta qué punto la manifestación pacífica de su ideología puede generar un impacto y una transformación contra la popularidad de los partidos a los que se enfrentan. Cada uno de sus miembros, deberá tomar una postura particular.

La directora alemana busca plantear ciertos interrogantes para mostrar la situación política y social actual que se vive no solo en su país sino en otros lugares como en Estados Unidos, donde los movimientos de extrema derecha están adquiriendo cada vez más poder y popularidad. Esto lo hace a través de los ojos de sus protagonistas que deben debatirse entre las mejores maneras de aclarar su posición, hacerse ver y generar consecuencias reales. Además, realiza una crítica hacia los sectores sociales a los que pertenecen estos jóvenes, donde muchos pelean desde su comodidad.

A medida que la película avanza se va volviendo cada vez más intensa, debido al grado de involucramiento y participación que tiene su protagonista con la pata más radical de la agrupación. Cada una de las escenas en las que se preparan los futuros enfrentamientos se vuelve tensa y la violencia va escalando poco a poco. Sin embargo, no tenemos un momento bastante explosivo que nos impacte demasiado.

Por otro lado, el romance también se hace presente en este drama de acción, a raíz del vínculo que va formando Luisa con Alfa, uno de los miembros más revolucionarios del grupo, que por un lado permite que la historia no sea meramente política y tenga un mayor trasfondo y profundidad pero que a la vez saca un poco el foco del eje de la cuestión al no terminar de saber concretamente si la protagonista toma las decisiones por sus ideales o por sus sentimientos hacia el joven.

El elenco realiza un buen trabajo a la hora de desarrollar a sus personajes, principalmente Mala Emde como Luisa, esta joven que poco a poco deja su zona de confort y está dispuesta a luchar por sus ideales. Noah Saavedra (Alfa) y Tonio Schneider, como Lenor, el mejor amigo de Alfa, terminan de conformar este trío más revolucionario que tendrá varios roces al momento de decidir cómo actuar.

Los aspectos técnicos ayudan a crear este ambiente tenso y caldeado. La banda sonora, principalmente las canciones que se escuchan en los actos de cada una de las partes, los identifican; mientras que la ambientación y la vestimenta también nos muestra su forma de ser y comportarse.

En síntesis, «Y mañana el mundo entero» es un correcto film que busca plasmar la actualidad social y política, donde los grupos de extrema derecha están obteniendo un terreno mayor, los de izquierda no encuentran la manera de frenarlo y se dividen entre seguir apelando a herramientas pacíficas o ponerse a su altura y actuar con violencia. Una historia que consigue marcar su punto a través de un clima de tensión y un elenco joven y carismático que podrá llevar a la reflexión y a su debate posterior.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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