«Derry Girls»: el encanto de la simpleza
La década de los noventa se está convirtiendo en lo que hace un tiempo eran los ochenta: cada vez más producciones cinematográficas eligen tomar como escenario estos años que nos dejaron tantos hitos de la cultura popular, como la mítica serie «Friends», los primeros pasos de Tarantino en la dirección y el renacimiento de Disney.
Con los noventa como fuente de inspiración, Jonah Hill estrenó su ópera prima “mid90s”, Marvel presentó “Capitana Marvel” y Netflix apuesta a “Derry Girls”, una serie irlandesa que sigue a un grupo de amigos en el contexto del Conflicto Irlandés. Así, a lo largo de sus dos primeras temporadas, las vemos vivir cuestiones típicas de adolescentes como ir de campamento para conocer chicos o intentar a toda costa ir a un concierto de su banda favorita mientras se entrelaza constantemente el enfrentamiento político-religioso.
“Derry Girls” trae una propuesta fresca, divertida y cálida. Los seis capítulos que componen cada temporada tienen un excelente ritmo, lo que hace que se pueda ver en un par de sentadas mientras se disfruta cada minuto. Los personajes son su fuerte y están construidos de manera tal que resultan queribles instantáneamente. Si bien pueden parecer un tanto exagerados por momentos, el trabajo de los actores al componer a este grupo es tan bueno que eclipsa cualquier sensación de inverosimilitud.
Sin embargo, un punto a considerar es que es una serie muy corta y, pese a que los episodios tienen una estructura auto-conclusiva, puede dar la sensación de que no se desarrolla demasiado a lo largo de la temporada. Cuando recién comenzamos a aclimatarnos a lo que “Derry Girls” tiene para decir, nos encontramos con un final de temporada que parece abrupto. Tal vez, si tuviera un par de capítulos más, podría sentirse un poco más completa y ser aún más disfrutable.
Además, se pone sobre la mesa un tema interesante. A lo largo de la serie, el grupo compuesto por Erin, Michelle, Orla, Clare y James están continuamente en contacto con el clima de tensión que los rodea, que inevitablemente los influye. De alguna manera, el Conflicto de Irlanda del Norte —que consistió en el enfrentamiento entre quienes defendían la independencia de Irlanda y el catolicismo contra los que estaban a favor de seguir siendo parte de Reino Unido y del protestantismo—, los moldea y los marca hasta en su manera de relacionarse con sus pares y su forma de pensar. Si bien no se hace especial foco en esta cuestión, sí es interesante ver cómo el contexto no es una parte periférica en la construcción de los personajes, sino constitutiva y así está planteado desde la realización. Es imposible pensar a estos personajes fuera de su coyuntura.
Así, con vibra noventera y ritmo fluido, “Derry Girls” consigue convertirse en una de las joyas ocultas del catálogo de Netflix. Es una producción que no aspira a demasiado, pero que logra conseguir más que muchas otras con grandes ambiciones: conmover al espectador y hacerlo sentir una Derry Girl más.
Tráiler:
Micaela Gallo