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«El Método Kominsky» y un final a la altura

Tres años después de su estreno, es momento de despedirnos de «El Método Kominsky», serie creada por Chuck Lorre, que supo abordar temáticas relacionadas con la tercera edad, como el amor, la pérdida o los vínculos familiares, desde un costado humorístico. Un final más que digno para darle un cierre adecuado a estos personajes entrañables y divertidos.

Desde antes que se estrenara la tercera y última temporada de la serie en Netflix, ya sabíamos que la historia había sufrido una gran pérdida: Alan Arkin no iba a aparecer en esta oportunidad. Esto realmente significaba una muy mala noticia, ya que su personaje, Norman, era tan importante como Sandy (interpretado por Michael Douglas) y juntos transmitían una química especial. Su dinámica y sus conversaciones tan ácidas como emotivas, hacían de estas escenas las mejores de la serie.

De todas maneras, se las ingeniaron para hacer de la partida de Arkin un nuevo obstáculo que debía sortear Sandy y encontraron la forma de mantener viva su memoria y su carisma. Mientras el protagonista tiene que enfrentarse al duelo de su mejor amigo, su ex mujer vuelve a la ciudad para ayudarlo a planear la boda de su hija, y su carrera dará un giro inesperado.

Esta tercera temporada sigue equilibrando de buena manera el drama con la comedia y con las problemáticas de la tercera edad, como la pérdida de los seres queridos, el amor, las segundas oportunidades, el dinero, las amistades, los deseos cumplidos, entre otras cuestiones. El tono ácido, el humor negro y una cuota de emotividad hacen que la serie mantenga su estilo característico.

Como bien decíamos al principio, por un lado la historia sufre la desaparición de un gran actor como Alan Arkin, pero, a su vez, esto permite que quede un hueco vacío por rellenar. Y esa es la tarea de Kathleen Turner, quien había aparecido en algunas oportunidades como la ex mujer de Sandy, pero que en esta temporada toma un protagonismo mayor, poniéndose en los zapatos que antes llenaba Norman. El vínculo de esta ex pareja viene a suplir la relación entre los dos amigos y se convierte en algo maravilloso: tiene una acidez punzante proveniente de lo «mal esposo» que fue él y de una ternura conmovedora de aquella admiración que ambos supieron tener del otro en algún momento. Además la química entre ellos se ve reforzada por el hecho de que trabajaron juntos en varias películas como «Romancing the Stone», «Jewel of the Nile» o «The War of the Roses».

Por otro lado, también contamos con algunas participaciones sorprendentes que es mejor no adelantar para no disminuir el impacto, pero que significan un agregado brillante para aumentar la comedia.

El final de la serie logra brindarle un cierre digno a todos los personajes, algo que no siempre es fácil de conseguir, pero en este caso pudieron hacerlo al no estirar la historia más de lo necesario. Incluso, esta temporada no tiene los clásicos 8 episodios, sino que son simplemente 6. Es así como «El Método Kominsky» se convirtió en una serie bastante redonda, sabiendo aprovechar su humor negro y ácido para tratar dramas de la vida real, con un guion ingenioso y protagonistas de larga trayectoria que nos ofrecieron muy buenas interpretaciones.

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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