Entrevista a Mercedes Funes, protagonista de «Shalom Taiwán”

Uno de los estrenos nacionales de la semana es “Shalom Taiwán”, además de hablar con su director y protagonista, entrevistamos a una de las actrices que conforman el elenco, la reconocida Mercedes Funes. A continuación, compartimos sus palabras acerca de su experiencia en la película y sus pensamientos sobre los temas que trata el film:

– ¿Cómo llegaste al proyecto y qué fue lo que más te interesó de la historia?

– Me contactó Walter, el director, y la verdad es que cuando me compartió el guion, me pareció bellísimo, muy humano porque pone la lupa sobre algo que por ahí es, a los ojos de los demás, pequeño, pero se relaciona con reivindicar esos pequeños grandes valores que pueden ser los de valorizar el rol de cada quien. A través del marco de la ortodoxia y del gran rabino que va a conseguir donaciones para su gran templo, mientras su mujer se encuentra sola con sus hijos, parece que lo que ella realiza es menos importante, pero, en realidad, lo que la película cuenta es que todo es fundamental. Todos los roles que nosotros cumplimos, en el marco de la ortodoxia, tienen el mismo valor, todos son igual de necesarios y merecen el mismo respeto y la misma visibilidad, no se logra, pero, aunque sea en el pequeño mundo de estos personajes, entre ellos sí se consigue. Está bueno darle valor a lo que realiza cada uno, esto es un pensamiento mío, creo que todas las personas, básicamente, las cosas que hacemos las realizamos para sentirnos orgullosos de quienes somos o de dónde venimos. El buen orgullo de amor propio es un motor fundamental para cualquier persona. Los que vos tengas para ofrecer que te genera orgullo, merece ser festejado y en este mundo, en donde pareciera que hay cosas que valen más y otras que valen menos, donde todo se rige por la cantidad de “likes”, la cantidad de seguidores, todos son escalafones, todo tiene que ver con un standard que lo único que hace es hacernos mirar a través de un rótulo que puso una aplicación y nos perdemos de lo que cada uno tiene para dar, por eso me gusta tanto esta película, porque se detiene a decir que todo es igual de necesario y valioso.

– ¿Qué podés contarnos acerca de tu personaje? ¿Cómo lo preparaste?

– Me ayudó mucho Fabián Rosenthal, en cuanto a los rituales y las formas de decir, además leí bastante. Por otra parte, me dejé guiar por el director, por su búsqueda, estaba muy claro lo que quería él. Fue muy divertido hacer la película, fue muy lindo armar a esta mujer que ama su vida en su casa, ama ser madre, pero también ama hacer otras cosas y desde su pequeña manera de decir, porque no hace demasiado estruendo para decir aquello que desea expresar, pide lo que necesita. Me encantó que fuera así, hay personas que son de pocas palabras y eso no significa que no tengan mucho para decir.

– ¿Cómo fue la experiencia del rodaje y cómo fue trabajar con este elenco que es increíble?

– Fue divino, a mí me tocó rodar mucho en el templo, donde me recibieron maravillosamente. Además, en una parte de este lugar, seguía habiendo actividades y siempre nos tocaba cuando le daban de comer a los jubilados y luego se hacían los rezos. Era hermoso, principalmente para mí que yo estaba de visitante, observando unas costumbres que no son de mi cotidiano, me parecía muy conmovedor. En otros momentos, en ese mismo comedor que nosotros atravesábamos para ir de locación a locación dentro del templo, se realizaban manualidades, musicoterapia, porque son espacios de asistencia social para gente e la comunidad. Me gustó mucho observar eso que yo desconocía, porque no es una comunidad a la que pertenezco. Por otra parte, hay muchos prejuicios, siempre ante las minorías que son diferentes tenemos como la peor de las miradas, pero no hay que tenerla nunca, yo aprendí que siempre hay que tener la mejor y, sobre todo, comprender. Tenemos que aprender que pueden existir personas que elijan cosas diferentes a lo que haríamos nosotros y tenemos que lograr ser respetuosos con estas decisiones y coexistir.

– ¿Qué es lo que más disfrutas de trabajar en cine?

– Los tiempos, la belleza, el resultado. Es hermoso poder verse adentro de un marco bello, porque hay mucha gente detrás para lograr esa belleza. Las luces, la composición de cuadro, la paleta de colores con la que trabaja la gente de vestuario, la gente de maquillaje. El cine es una búsqueda estética, es un cuadro que dura una hora y treinta minutos y es hermoso poder formar parte de eso.

– En cuanto a tus experiencias en diferentes medios, como la televisión y el teatro, ¿qué podés extraer de cada uno?

– Experiencia y ejercicio. Nuestro trabajo no es muy distinto al que puede realizar un músico, un pintor o incluso un deportista, se va enriqueciendo con el ejercicio, con el hacer. Cualquiera sea el marco, televisión, teatro o cine, estar en constante ejercicio, te hace crecer. El actor mejora con los años y con experiencia de trabajo. Me encanta ir “acumulando millas” porque me voy sintiendo mucho más plástica y mucho más rica para poder brindar cosas mucho más pulidas. Miro para atrás y hay cosas que no me gustan porque sé que ahora lo haría mejor y está bueno que eso suceda, luego me sucederá con lo que estoy haciendo en este instante, hoy es lo mejor que puedo dar de mí, quizás en unos años no me guste. Me encanta esa metamorfosis positiva que te da el trabajar constantemente.

– ¿Tenés algún otro proyecto además de la película y la novela televisiva que estás realizando?

– No por ahora. La novela sigue hasta fin de año. Estoy hablando de algunos proyectos puntuales, pero todavía no hay nada confirmado porque no quiero saber cómo cierra mi año aún, no sé si estoy preparada para proyectar otro año. Fue un año de mucho trabajo, ambos trabajos fueron fructíferos, algo que hoy por hoy es una bendición, además de cansador. Porque sostener esto y mantenerlo a la altura implica estar demasiado enfocado, yo llego a mi casa ahora y tengo que leer quince escenas que debo rodar mañana y cada una constan de tres páginas con parlamentos muy extensos, trabajando desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde. Lleva mucho tiempo, por lo tanto, quiero tomarme un poco de tiempo para leer, para escribir. Me gusta mucho escribir como hobby o como necesidad, es mi medio de escape.

 

Camila Mollica

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