Lucrecia Martel: La directora y su más reciente «Zama», grandes destacadas de la década

«Zama» fue recientemente elegida como Mejor Película Latinoamericana de la Década en una encuesta realizada por 97 programadores de festivales. Es la segunda vez que nuestra querida Lucrecia Martel recibe este honor, ya que su opéra prima «La Ciénaga» fue votada en primer lugar la década pasada. En esa edición sus otras dos películas, «La Niña Santa» y «La Mujer Sin Cabeza», también habían conseguido lugares en el TOP 10. Esta vez, «Zama» es acompañada (escoltada más bien) por «La Flor», aquella ambiciosa producción argentina de 14 horas de duración que quedó en segundo lugar en esta misma encuesta.

También cerrando la década, la BBC inglesa se animó a un ranking mucho más ambicioso. El de las Mejores Películas Dirigidas por Mujeres, en la que «La Ciénaga» quedó 15°, «Zama» 30° y «La Mujer Sin Cabeza» 53°. No de la década, sino de toda la historia. Solamente cinco directoras tienen más películas en la lista que Martel. Un honor evidente cuando nos referimos a nombres de la talla de Sofía Coppola, Lynne Ramsay y Claire Denis, con 4 películas cada una en la lista, Katheryn Bigelow con 5 y la eterna Agnés Varda con 6.

La que terminó llevándose el primer lugar en la lista de la BBC fue «The Piano» (traducida en nuestro país como «La Lección de Piano»), de la directora Jane Campion. Un drama sobre una mujer muda, su hija preadolescente y un fallido matrimonio arreglado. La película fue un éxito en taquilla, ganando 20 veces su presupuesto, pero sobre todo en cuanto a crítica. Ganó la Palma de Oro en 1993, además de tres de sus ocho nominaciones a los Oscars, incluyendo Mejor Actriz para Holly Hunter, Mejor Actriz Secundaria para Anna Paquin (en su primer rol como actriz) y Mejor Guion.

No serán entregadas con despampanantes estatuillas, pero estos son los honores que evidencian el respeto y admiración de toda una industria para con una de las grandes voces cinematográficas latinoamericanas. Aunque bien, hablar de su obra limitándola a un continente, a su género o a su época puede sonar bastante necio. Se trata de una filmografía aplaudida y vanagloriada internacionalmente, que con tan sólo cuatro películas en dos décadas llevan el nombre de Lucrecía Martel a un lugar de muy pocos. Un valuarte de nuestro cine que debería levantarse firme en varias pantallas del país más de una buena cantidad de veces por año, para el disfrute y la educación de todos.

Leandro Porcelli

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