«Maradona: Sueño Bendito», una serie que como la vida de Diego divide aguas
Desde que se anunció que se iba a hacer una serie de Maradona se generó cierto revuelo y expectativas, por todo lo que la figura del ex jugador de fútbol provoca en la gente, tanto en los fanáticos y seguidores que lo ven como una de las personalidades deportivas más emblemáticas de todos los tiempos, como en los detractores que creen que su vida privada opacó todo lo bueno que hizo por nuestro país y en cada equipo que jugó.
Así como Diego Armando Maradona divide las aguas, también lo hace su serie «Maradona: Sueño Bendito», una producción con un gran trabajo detrás que ayer, día que se cumplió el primer aniversario de su fallecimiento, terminó de estrenar su primera temporada de 10 episodios en Amazon Prime Video.
A priori la serie llama mucho la atención, y probablemente no solo los fanáticos sean los que la vean, sino también el público en general, porque Diego no solamente fue el mejor jugador de nuestra historia, sino que su vida personal también estuvo en boca de todos, con sus escándalos mediáticos, sus adicciones, los hijos que tuvo en distintas partes del mundo y que fue reconociendo de a poco, su relación con el periodismo y la política, y su personalidad avasallante. Realmente tuvo una historia de vida que merecía pertenecer al mundo televisivo o cinematográfico.
Sin embargo, «Maradona: Sueño Bendito» transita un camino bastante sinuoso, que por un lado nos ofrece un relato atrapante con un atractivo particular que se genera por la figura de Maradona y, por el otro, presenta algunos errores históricos, una construcción subjetiva de personajes que no tienen demasiados matices y esa sensación de que a pesar de ser una ficción hay ciertas cuestiones controversiales que no se condicen con la realidad.
En esta primera temporada, la historia abarca desde los inicios de Diego en el fútbol en Villa Fiorito, siguiendo por su debut en Argentinos Juniors, su paso por Boca, su tiempo en Barcelona, el Nápoli y el mundial 86, mientras que también se centra en su vida privada, su relación con Claudia, su gusto por la fiesta y el vínculo con su entorno. Además, la serie va y viene en el tiempo, alternando estos distintos momentos de la vida de Maradona con la vez que estuvo al borde de la muerte en Uruguay en el año 2000.
El vaivén temporal se siente algo extraño al principio. Por un lado no existe demasiada justificación de la selección de esta época en particular (más allá de que es un quiebre en su vida, pero no nos transporta a la actualidad) y, por el otro, en un comienzo se muestra bastante el contexto político y social de la Argentina. Acá no solo se producen algunos errores históricos como adelantar el fallecimiento de Perón, sino que también se siente forzada la incorporación de la dictadura, los desaparecidos y el rol del Estado. Tal vez es una buena manera de que los extranjeros tengan un acercamiento a nuestro país (y cómo se buscaron tapar cosas a partir del fútbol), pero no resulta para nada natural. Por suerte, con el correr de los capítulos esto va disminuyendo hasta el punto de no mostrarse más nada una vez que regresa la democracia.
Como suele suceder con muchas biopics de este estilo, son varios los actores que se ponen en la piel de Diego a medida que va creciendo. Empezamos con Juan Cruz Romero, que interpreta al niño de 9 años que consiguió entrar al universo del fútbol, pasando por Nicolás Goldschmidt en la época de Argentinos Juniors, Nazareno Casero durante su paso por Barcelona y Nápoli hasta llegar a Juan Palomino que abarca los últimos años de Maradona. Existen algunos actores que lo retratan mejor que otros, ya sea por su naturalidad o por su parecido, mientras que otros lo hacen de forma más exagerada o burda. La mayoría de ellos consigue captar los gestos y las actitudes del futbolista, brindándonos una aproximación bastante lograda.
Lo mismo ocurre con otros personajes, que, como anticipábamos al principio, se los muestra de manera muy tajante: o son completamente permisivos, o una mala influencia o compañeros fieles. No existen demasiados matices con los cuales tuvieron que trabajar los actores. Fuera de eso, nos encontramos con un elenco de renombre de personalidades argentinas, como Mercedes Morán, Julieta Cardinalli, Jean Pierre Noher, Rita Cortese, Pepe Monje, Peter Lanzani, Leonardo Sbaraglia, Gerardo Romano, Eva de Dominici, Nicolás Furtado, Federico D’Elía, entre otros.
Por otro lado debemos destacar el despliegue de producción que tiene la serie, sobre todo con respecto a las diferentes locaciones donde se filmaron, el trabajo con la música que acompaña cada momento, y la reconstrucción de época, como también la incorporación del material de archivo de los partidos o las entrevistas de Diego. Cada capítulo termina con una serie de datos interesantes sobre el protagonista e imágenes reales que tienen que ver con el momento de su vida que acabamos de ver. También se incluyen en la historia, se mezcla el partido de ficción con partes verdaderas. Esto tal vez queda un poco raro a la vista, porque la calidad de las imágenes difiere, pero logra transmitir esa sensación de realidad y es muy interesante de ver.
Si bien queda mucha historia por contar y los creadores tienen ganas de realizar una segunda temporada, todavía no hay nada confirmado de manera oficial. De todas maneras, la serie logra cerrar de una manera bastante emotiva (probablemente con su mejor episodio), retratando dos escenarios muy importantes de la vida de Diego, que sumado a la música, los narra de una forma muy honesta y sensible, dándole una buena conclusión a esta entrega.
En síntesis, «Maradona: Sueño Bendito» es una serie que llamará la atención del público en general, no solo de los seguidores de Diego, por su atractiva e impactante historia de vida. Para aquellos que se adentren en este mundo se encontrarán con un poco de todo: una trama que atrapa y recrea los momentos más importantes del protagonista a través de un ritmo ágil y llevadero, un elenco de renombradas figuras argentinas, y un gran despliegue de producción, pero también con errores históricos, personajes con pocos matices, vaivenes temporales que no terminan de cerrar y un contexto sociopolítico incorporado de manera forzada. Al igual que la vida del Diego, luz y oscuridad, aciertos y errores y mucha controversia.
Tráiler:
Samantha Schuster