26º BAFICI: «Una casa con dos perros» de Matías Ferreyra (2025)
En medio de la crisis del 2001, una familia compuesta por un matrimonio y tres hijos se muda a la casa de su abuela. Es así como deberán adaptarse a esta nueva convivencia, que generará varias tensiones en los adultos, mientras los chicos tratan de transitar su infancia alejados de la situación del país. Manuel, uno de ellos, es el que más vínculo genera con su abuela, compartiendo ciertas cuestiones que otros no ven.
Si bien «Una casa con dos perros» se sitúa en la crisis del 2001, el director no busca ahondar sobre la situación social, política y económica del país sino servir como una especie de detonante para la mudanza de la familia y poder comprender las actitudes y comportamientos de los adultos, cuyas tensiones y angustias pueden provenir de estas circunstancias.
El escenario principal es la casa de la abuela Tati, un espacio preciado y un botín de guerra envidiado por varios que se convierte en un personaje más, donde se va conquistando y perdiendo territorio según los movimientos que hace cada miembro de la familia. Los chicos se adaptan sin entender demasiado qué es lo que está sucediendo alrededor, salvo Manuel, que percibe algo diferente y que por eso se va a llevar tan bien con su abuela, a pesar de las advertencias de sus padres para que no se acerque demasiado por su carácter complejo. Es como una especie de coming of age de primeras vivencias de este niño en circunstancias adversas, como también el retrato de la degradación familiar.
La tensión, la incomodidad y el reproche se respira en el aire, generando un clima hostil para cualquiera que habite ese hogar. Cada vez se va palpando más esa violencia psicológica a punto de estallar.
Hay muchas cuestiones que no se terminan de resolver y pueden ser un tanto confusas para los espectadores, sobre todo porque combina elementos realistas con otros un tanto fantásticos o sobrenaturales: perros que viven en el hogar pero que nadie los ve, situaciones de muerte, personajes que aparecen y desaparecen; pero para quienes no necesitan que les expliquen todas las respuestas puede resultar algo menor y tomarse como algo más simbólico.
En síntesis, «Una casa con dos perros» busca ahondar en la degradación familiar a partir del estallido de la crisis del 2001. Un terreno complejo, personajes misteriosos y algunas incertidumbres harán que esta película no sea para todos pero es una propuesta interesante dentro del cine nacional.
«Una casa con dos perros» es una película argentina, con una duración de 98′. Forma parte de la Competencia Argentina del 26º BAFICI y se puede ver el viernes 11 de abril a las 20.10 hs y el domingo 13 a las 16.10 hs en el Cinépolis Houssay (Sala 3).
Puntaje:
Tráiler:
Samantha Schuster