34° MDQ Film Fest: Entrevista a Fernando Frías de la Parra, director de “Ya no estoy aquí”

En el 34° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata se estrenó por primera vez fuera de México la película “Ya no estoy aquí”, dirigida por el mexicano Fernando Frías de la Parra. Al ritmo de una cumbia que suena permanentemente y también con una inevitable pero real dureza, la cinta retrata el camino de Ulises, un chico que vive en un barrio humilde de Monterrey y debe emigrar a Nueva York después de un enfrentamiento con una pandilla que lo amenazó de muerte, pero que encuentra en la cumbia un elemento de resistencia y supervivencia. Desde Cinéfilo Serial tuvimos la oportunidad de charlar con Fernando Frías de la Parra, el cineasta que está detrás de esta película:

(Esta entrevista contiene SPOILERS de la película)

– Tu película se siente bastante política, en el buen sentido. Se siente como una denuncia a la falta de oportunidades, pero también visibiliza a los que el sistema vuelve invisible y también a sus prácticas. ¿Es importante para vos que tus proyectos tengan este contenido crítico y político?

– No como una regla general, pero a veces creo que sí es importante. Hay ciertos temas en los que no puedes no involucrarte en tener una postura política o en buscar visibilizar la forma en la que ciertos puntos que te encuentras durante tu proceso de escritura, de investigación, se van conectando. He hecho otras cosas, como una serie que se llama “Los Espookys” para HBO y por ejemplo ahí no hay nada de política. Creo que vivimos en una época en la que también es bien difícil mantenerse al margen y no participar activamente sobre el estado actual del país. Hace falta ver cómo están las cosas en cuestiones de ultraderechas, de clima, de presidentes bullies, líderes que llegan ahí puestos por lobbies de corporaciones. Sin dudas, es una época en la que me parece que no hay que quedarse callados, y sobre todo también poder transmitir algo a las nuevas generaciones para que haya un poco más de esperanza porque me parece que ha habido muchos errores que han llevado a que el mundo esté en un estado bastante fallido en general.

– (SPOILER) Cuando termina la película, surge el debate acerca de si a Ulises lo terminan matando o no. De alguna manera, el final se siente bastante ambiguo y da lugar a que el espectador se imagine la continuación que quiera. ¿Por qué tomaste la decisión de terminar la película en ese momento?

– (SPOILER) La película termina en ese momento porque es el final. Ulises tal vez sigue respirando y su corazón sigue latiendo, pero de alguna manera algo dentro de él se ha muerto, y es lo que es importante. También es importante que el espectador dijera “¿ahora qué? ¿ahora qué va a ser de este muchacho?”. Un final no tiene por qué ser algo cerrado y verlo hasta el final de sus últimos momentos de vida antes de su entierro. Yo creo que metafóricamente la película habla en muchos niveles, y con ese final a mí me importaba que el espectador se quedara con esa sensación de “¿qué va a ser de él?”.  Nunca fue una idea que él se muriera, o que los que lo estaban buscando lo mataran, porque al final de cuentas ellos ya desaparecieron porque ya entró mucho más fuerte el nuevo cartel y ya se acabó la vida y la realidad callejera como la conocimos antes de que él partiera. Hay gente que me dice que es un final abierto, pero también hay gente que me dice que es un final cerrado, que es suspender, cerrar el telón y decir “¿y ahora qué va a ser de este chico?”. Así como se le acaba la batería del aparatito con el que escucha música, también se le acaban las oportunidades.

– ¿Fue parecida la reacción del público argentino a la del mexicano?

– La reacción del público argentino fue increíble, maravillosa. La verdad es que sí, fue muy similar a la de México, muy emotiva, muy cálida. Fue una recepción increíble, una comprensión, unas ganas de trascender el puro folclor y la superficialidad de lo distintos que puedan ser estos chicos o de lo distintos que puedan verse. Además, me parece que el público de Mar del Plata es bastante interesante y consume cine por el Festival, y fue maravilloso.

– Sin dudas, es una película mexicana, pero trasciende incluso lo local. Se siente una película, ante todo, latinoamericana. ¿Tuviste esto en cuenta mientras hacías la película?

– La verdad, no. Para mí era una película mexicana que tocaba un tema mexicano. Nunca fue consciente el intentar hacer que llegara o resonara a partir de lo particular en la universalidad, pero sí creo que la historia conforme está construido el guion y queda la empatía con el personaje y el proceso, y sobre todo por cómo han estado ahora los temas de migración y las noticias y todo eso, es fácil poder traducir la experiencia de este chico mexicano en Estados Unidos a otras experiencias. Hay muchos compañeros de Latinoamérica que han salido por ejemplo de Venezuela, y me parece que en ese sentido es inevitable la comparación, pero nunca fue intencional que sea algo universal.

 

Micaela Gallo

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