34° MDQ Film Fest: «Vitalina Varela» de Pedro Costa (2019)

En el marco de la Competencia Internacional del 34° Festival de Cine de Mar del Plata, se proyectó la más reciente película del prolífero director portugués, Pedro Costa. Ganadora del Astor de Plata a Mejor Director —premio compartido con Ángela Schanelec por «I Was at Home, But»— y a Mejor Actor por el trabajo de Ventura en la piel de un cura con indicios de Parkinson, fue la película que más premios se llevó en el marco de dicha competencia, junto con «O que arde».

«Vitalina Varela» es asfixiante, a nivel narrativo y también visual. Cada plano se siente eterno, letárgico, pero con una composición técnica intachable. La fotografía colabora para crear este clima de encierro y malestar, con una luz que crea un efecto túnel, con los bordes teñidos de oscuridad. Este punto es digno de ser destacado, porque no solo le aporta una particularidad estética increíble, sino que comunica tanto o incluso más que los diálogos en el film. Todo es oscuro, todo es lúgubre, todo es tristeza.

La cinta retrata un duelo doble: por una parte, el de Vitalina Varela —cuyo nombre es tomado de la actriz que le da vida al personaje, pero la cinta toma cierta distancia de lo documental—, que se enfrenta a la muerte de su esposo y a su historia de amor inconclusa, y por la otra, al de todo un pueblo sumido en la miseria. En este sentido, se puede afirmar que Pedro Costa cumple con su cometido al explorar esta cuestión, ya que todos los aspectos de la película nos remiten a un estado sombrío y de profunda depresión: la reducida iluminación, los planos a caras tristes, los movimientos monótonos y enlentecidos e incluso el ritmo, que por momentos se siente extenuante.

Si bien el cine no tiene por qué ser mero entretenimiento, con «Vitalina Varela» es inevitable que surja una contradicción: si bien es indiscutible su calidad, cuesta seguir el ritmo de una película que simplemente no avanza. Se puede disfrutar y apreciar a nivel visual, pero por momentos la falta de agilidad en la narración resulta hasta agobiante. Sin dudas, no es una película para todo el mundo.

En síntesis, «Vitalina Varela» es un filme al que, si nos detenemos solamente a observar las cuestiones técnicas, no podemos criticarle nada. De hecho, en cada plano se construye una belleza casi contradictoria en relación a los temas dramáticos que toca. Sin embargo, aunque la lentitud del ritmo se entiende por la coherencia que tiene con el tono que se busca desde la realización de la película, es una cinta cuyas dos horas de duración se sienten extremadamente largas, agotadoras y ahogantes. Quizás esa haya sido la intención del director, después de todo.

Puntaje: 

 

 

Tráiler:

 

Micaela Gallo

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