«Beef», cómo la ira esconde algo más profundo
Todo comienza con una pelea de tránsito en la que se ven envueltos Danny Cho y Amy Lau, dos personas con problemas de ira, que tratan de encontrar la felicidad pero que se les dificulta. Él quiere llevar a sus padres de Corea a vivir a Estados Unidos y ella quiere cerrar un trato multimillonario para estar mejor económicamente y poder disfrutar de su marido e hija. Pero este hecho será solamente el puntapié inicial para dar comienzo a una larga sucesión de acontecimientos tan disparatados como complejos.
En 10 capítulos de media hora, que se pueden ver en Netflix, «Beef» (o «Bronca», como se la conoce en Latinoamérica) es una serie entretenida y dinámica donde constantemente pasan cosas y los sucesos van incrementando su intensidad, rebeldía y violencia. Lo que nació como una simple pelea de tránsito se va a ir complejizando cada vez más, destruyendo la vida de los protagonistas.
Por momentos la historia puede resultar un poco repetitiva, no en cuanto los hechos en sí que son creativos e hilarantes, pero sí a estas idas y vueltas entre ambos personajes, que no hacen otra cosa que pensar en su adversario y cómo complicarle su vida.
Pero detrás también se esconde una lograda reflexión sobre la vida, las dificultades que debemos atravesar en el camino, la depresión y otras enfermedades mentales, la felicidad, las pérdidas, los vínculos amorosos y familiares, entre otras cuestiones. Esto se hace a través de diálogos interesantes, donde realmente se profundizan estos temas y no se queda solamente en la superficie.
Steven Yeun y Ali Wong hacen un gran trabajo para interpretar a sus personajes y darle las dimensiones y capas que necesitan. No son solo dos personas con problemas de temperamento, sino que arrastran traumas pasados que repercuten en su forma de ser y comportarse y les cuesta mucho cambiar su mirada hacia el futuro. Los roles secundarios se complementan bien con los protagonistas, los acompañan o los hacen reaccionar, según sea necesario.
La puesta en escena está bien realizada, sobre todo en cuanto a la construcción de la calidad de vida de los protagonistas, dos maneras de vivir totalmente opuestas, donde el lujo y la humildad se hacen presente. La banda sonora también acompaña muy bien las distintas situaciones.
En síntesis, «Beef» es una de esas series que va mejorando cada vez más con el correr de sus episodios. Una historia diferente, que va escalando en violencia y en profundidad con un buen tratamiento de temas interesantes. Puede resultar un poco repetitiva en su desarrollo, pero el hecho de que sea corta, dinámica y nunca se estanque en un mismo lugar la vuelve entretenida y atrapante para ver.
Tráiler: Samantha Schuster