«Better Call Saul»: el principio del fin
Dos años tuvimos que esperar para poder ver la primera parte de la sexta y última temporada de «Better Call Saul», una de las series más sólidas de los últimos años, más si tenemos en cuenta que se trata de un spin-off (y de «Breaking Bad», una de las mejores series de la historia), un formato que suele no ser exitoso. Lejos de seguir con ese patrón se encuentra esta historia perfecta, que tardó un poco en tomar vuelo pero que capítulo a capítulo nos demuestra estar a la altura, proporcionándonos una trama intrigante y sorprendente, a pura tensión y una narración punzante, con una puesta visual que nos deleita en cada cuadro.
La temporada anterior finalizó con una masacre en la casa de Lalo Salamanca, donde todos creyeron que él fue asesinado, aunque Nacho no pudo cumplir con su objetivo, poniéndolo en serios problemas. Por su parte, ante esta noticia Jimmy toma la decisión de apurar la resolución del caso Sandpiper junto a Kim para poder recibir al menos dos millones de dólares como parte de su acuerdo. Para eso deberán sabotear a Howard que lleva adelante el caso.
Es así como durante la primera parte de esta sexta temporada, compuesta por siete episodios, la historia se va a dividir en dos subtramas. Por un lado, vamos a ver cómo Jimmy y Kim se preparan para hacerle la vida imposible a Howard y que termine estropeando el caso que lidera como abogado principal. Y, por el otro, tendremos una puja entre las dos facciones que manejan el narcotráfico. Lalo Salamanca que buscará vengarse de quienes lo quisieron muerto y Gus que estará esperando las represalias.
De esta manera, la serie logra amalgamar de buena manera la intriga que genera la historia de Saul y Kim, donde vemos que traman algo pero no estamos del todo seguros hasta dónde van a llegar, con el suspenso y la acción de los carteles, que nos mantienen en un clima de tensión constante y sabemos que todo va a explotar en cualquier momento. Esto, sumado a los giros sorprendentes e ingeniosos que vamos teniendo en los distintos capítulos, permite que el espectador esté completamente atrapado con el argumento.
La historia se complementa muy bien con la forma de narrar algo pausada pero punzante, donde cada decisión argumental o estética está pensada y justificada. Tal vez en el momento no se entiende muy bien por qué los personajes van por un camino en particular pero siempre termina repercutiendo a futuro.
Además, como siempre debemos destacar la parte visual de la serie. Tanto la puesta en escena como la elección de dónde poner la cámara y los planos que nos muestran son una genialidad, que hace que uno no solo vea «Better Call Saul» por la historia sino también para disfrutar la parte estética. Hay un gran trabajo detrás de cada detalle que nos adelanta cuestiones narrativas sin que nos demos del todo cuenta.
Con respecto al elenco no queda mucho por decir. Temporada a temporada los actores se van consolidando cada vez más con sus papeles, siempre destacándose Bob Odenkirk como Saul Goodman y Rhea Seehorn como Kim, que en el último tiempo pegó un salto excepcional con su forma de pensar y sus objetivos. Ella tiene bien en claro que quiere ayudar a los que menos tienen pero esos deseos están en continuo jaque con la diversión de estafar y engañar a otros personajes. Por momentos toma decisiones un poco erráticas e irracionales pero la adrenalina y felicidad que le genera realizar sus planes con Saul es más fuerte.
Seis capítulos nos separan del final de la serie, que retomará su emisión el 11 de julio. Todavía quedan bastantes interrogantes por descubrir. ¿Qué pasará con Lalo? ¿Por qué Kim no apareció en «Breaking Bad»? ¿Cuándo aparecerán finalmente Walt y Jesse para contentar a los fans? Tenemos mucha fe en el equipo tanto delante como detrás de cámara, porque por ahora vienen cumpliendo a la perfección y esperamos que la resolución esté a la altura de lo esperado. Mientras tanto, vamos tachando los días para volver a encontrarnos con esta historia que nos maravilla.
Tráiler:
Samantha Schuster
